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“Era mi candidato”, dice el Papa Francisco, al ser preguntado por su relación con el cardenal Joseph Ratzinger durante el cónclave de 2005, en un libro de entrevistas con el periodista español Javier Martínez-Brocal, que se publicará el 2 de abril de 2024 bajo el título El Sucesor y del que el diario español ABC publicó un extracto el domingo de Pascua, 31 de marzo. En él, el Papa profundiza en su relación con su predecesor, con el que convivió durante casi diez años en el Vaticano, hasta la muerte del Papa emérito el 31 de diciembre de 2022.
Recordando que “los cardenales juran no revelar lo que sucede en el cónclave, pero los papas tienen licencia para contarlo”, el Papa Francisco volvió sobre la situación del cónclave de 2005, durante el cual llegó a obtener “40 de los 115 votos en la Capilla Sixtina”, explicó. Este umbral podría haber bastado para “bloquear la candidatura del cardenal Joseph Ratzinger, porque si hubieran seguido votando, no habría podido alcanzar el nivel de los dos tercios necesarios para ser elegido Papa”, explica Francisco.
“La maniobra consistía en proponer mi nombre, bloquear la elección de Ratzinger y luego negociar un tercer candidato”, revela, añadiendo que los cardenales querían elegir a un ‘no extranjero’, es decir, a un italiano. “Me utilizaban a mí, pero detrás pensaban proponer a otro cardenal”. Molesto, el cardenal argentino contó que le dijo al cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos: ‘No bromees con mi candidatura, porque te voy a decir ahora mismo que no la voy a aceptar'”.
Era el único que podía ser Papa en ese momento”
El Papa Francisco explica que acudió al cónclave creyendo que el cardenal Joseph Ratzinger “era el único que podía ser Papa en ese momento”. Después de la revolución de Juan Pablo II, que había sido un pontífice dinámico, muy activo, con iniciativa, que viajaba, lo que se necesitaba era un Papa que pudiera mantener un sano equilibrio, un Papa de transición”, justifica.
“Si hubieran elegido a alguien como yo, que arma mucho lío, no habría podido hacer nada. En aquel momento, no habría sido posible”, explica el Papa Francisco, que insiste en que estaba “contento” con su elección.
“Al elegir a Joseph Ratzinger, el Espíritu Santo dijo: ‘Yo estoy al mando. No hay margen de maniobra”.
El Pontífice argentino finalmente sería elegido en su turno casi ocho años después, el 13 de marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI al ministerio petrino.