Con la posible entrada en vigor de la Ley SB4 que faculta a las fuerzas de seguridad del Estado de Texas a arrestar a migrantes con la sospecha de haber cruzado la frontera de México hacia Estados Unidos de manera ilegal, las iniciativas católicas de acogida se presentan como un oasis para cientos de miles de migrantes y refugiados que buscan asilo en la Unión Americana.
Tal es el caso de la Iniciativa Fronteriza Kino que se ha convertido en una forma modélica de defender los derechos humanos de los migrantes, recordando que son hijos de Dios, que no son personas “ilegales” y que gran parte de ellos vienen huyendo de situaciones dramáticas en sus países de origen.
Movilidad que no está peleada con dignidad
La Iniciativa Fronteriza Kino (KBI, por sus siglas en inglés) tiene como misión “la movilidad con dignidad” y trata de responder a la necesidad de apoyo que tienen los migrantes durante su viaje migratorio al tiempo que busca mejorar las políticas migratorias principalmente de México y Estados Unidos.
Según su propuesta, se trata de una organización que responde a las realidades de la inmigración a través de asistencia humanitaria, educación y trabajo de defensa. Con oficinas en Nogales, Sonora, México y Nogales, Arizona, la KBI se sitúa en uno de los cruces más peligrosos de la extensa frontera que divide a los dos países.
La esencia del organismo es la ayuda humanitaria y el “acompañamiento holístico” para ayudar a los migrantes a través de servicios que incluyen alimentación, albergue, ropa y atención médica. “Vemos a los hombres, mujeres y niños migrantes como personas íntegras e hijos de Dios que son más que su experiencia de migración”, apuntan en su presentación en la página web.
Encuentros que transforman
La organización –cuyo nombre deriva del sacerdote y misionero jesuita italiano Francisco Eusebio Kino (1645-1711), quien evangelizó la región de la Pimería Alta en los actuales estados de Sonora (México) y Arizona (Estados Unidos)— además del acompañamiento, ofrece hospitalidad e integración a los migrantes que intentan conseguir su estadía en Estados Unidos.
Con la doctrina social cristiana como faro y compromiso, la KBI sostiene que “la sensibilización y los encuentros entre personas en movilidad y otras personas son capaces de transformar vidas y comunidades hacia la solidaridad con las personas migrantes”.
Fundada en 2008 por hermanas de la Congregación de los Ministerios de la Eucaristía de México, poco tiempo más tarde unieron sus esfuerzos por los migrantes deportados de Estados Unidos a Nogales (Sonora) con la Provincia de California de la Compañía de Jesús y los Servicios Jesuitas a Refugiados para abrir lo que se convertiría en el primer refugio de Kino, Casa Nazareth.
Caminar con alguien en toda su humanidad
La actual directora ejecutiva de KBI, Joanna Williams explicó a US Catholic cuál es la finalidad de esta organización: “No trabajamos en abstracto; todo lo que hacemos fluye desde el espacio de encuentro que tenemos con las personas (…) El acompañamiento holístico significa reconocer y caminar con alguien en toda su humanidad. Queremos estar con ellos más allá de lo que es simplemente necesario y en lo que trae alegría, esperanza y comunidad”.