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Invocación
Oh san José glorioso, digno de todo honor. Esposo de María, guardián del Salvador. Por tus ruegos, oh San José, mil favores alcanzaré.
Oración
San José, protector de los agonizantes te suplicamos por todos los moribundos y te pedimos que también a nosotros nos asistas en la hora de nuestra muerte. Tú que, con la santidad de tu vida mereciste un tránsito tan dichoso asistiéndote Jesús y María con inefable gozo para ti, líbranos de una muerte imprevista y alcánzanos la gracia de poderte imitar en la vida, desapegando nuestro corazón de todo lo mundano y atesorando méritos para la hora de nuestra muerte. Haz que podamos recibir entonces debidamente los sacramentos de los enfermos, y junto con María, infúndenos sentimientos de fe, esperanza y caridad y dolor de nuestros pecados, para que podamos morir en la paz del Señor. Amén.
(Beato Santiago Alberione)
San José, ruega por nosotros
Medita
Te invoco san José para tener una muerte santa, auxíliame en ese momento difícil. Haz que conserve la fe y la paciencia, pues voy a la casa del Padre. Tú, que recibiste asistencia de María y Jesús en los momentos finales de tu vida, no me abandones, no te alejes ni un instante. Señor, quiero cumplir tu voluntad hasta mi último suspiro de vida por intercesión de san José.
¿Por qué al hombre le angustia pensar en la muerte? El proyecto de Dios no era que el hombre muriera, fue alterado por el pecado que cometió bajo el influjo del demonio. “Dios creó al hombre para la incorruptibilidad; le hizo imagen de su misma naturaleza; mas por envidia del diablo entró la muerte al mundo, y la experimentan los que le pertenecen” (Sab 2, 23-24).
La muerte que el creyente experimenta como miembro del cuerpo místico abre el camino hacia el Padre, que nos demostró su amor en la muerte de Cristo, “Víctima de propiciación por nuestros pecados”. (Cfr. 1Jn 4,10; Rm 5, 7)
La muerte, para los que se mueren en la gracia de Cristo, es una participación en la muerte del Señor, para poder participar también en su resurrección (CIC. 1006).
Compromiso
Viviré sereno mis días, sin limitar tiempo a la Providencia, pero estaré preparado para el día en que el Señor quiera llamarme para conocerlo, amarlo y contemplarlo tal como es Él. Ante la muerte de un ser querido, me comportaré como cristiano; es decir, como creyente en la Resurrección y en la vida eterna.
Oración para pedir las gracias
San José, nunca se escuchó que alguien que te haya invocado no haya sido consolado. Con esta confianza, vengo a ti y fervorosamente me confío a tu positiva respuesta. Te pido que protejas a mi familia, a su economía, para que nunca le falte el pan de cada día.
Te pido por los trabajadores, para que nunca les falte un trabajo digno y remunerado según la justicia, te pido por los padres de familia para que cultiven y transmitan a sus hijos los valores cristianos que los sostengan en la vida; te pido por los emigrantes y por los que están lejos de nuestra Patria, por la Iglesia universal, por el Papa, los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas.
San José escucha la petición que ahora te presento y me agobia (Pida la gracia que desea obtener). Te pido que, si es para mi bien, la presentes a Dios, pues por tu intercesión, oh San José, espero recibir esta gracia.
Amén
Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre…
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
(Tomado de la Novena a San José, de P. Guillermo Gándara Estrada ssp, ediciones paulinas)