Esposa y madre de seis hijos, participó junto a su familia en un programa de televisión llamado "Grandes Familias" en Francia. Marie-Caroline comparte su vida cotidiana de madre que ama, trabaja y reza, entre las alegrías y las penas de la vida
Marie-Caroline Cail, de 34 años, conocida como blondiemamaaa en Instagram, vive cerca de Lyon con su marido y sus seis hijos: Théophile, de 15 años, Edouard, de 12, Gaspard, de 10, Ernest, de 6, France, de 5 y Basile, de 2. Después de compartir su vida cotidiana en un famoso programa de televisión, habló con Aleteia sobre su experiencia.
Casados desde hace 13 años, y procedentes ambos de familias numerosas, Guillaume y Marie-Caroline Cail tienen una fe alegre y radiante a pesar de las dificultades que han encontrado en el camino. Esta pareja no duda en dar testimonio de la fe que les guía a diario, sin dejar de ser padres de su tiempo, con preguntas y dudas sobre la educación de sus hijos y un día a día agitado que incluye trabajo, carreras escolares ¡Y una nevera que llenar para seis niños en crecimiento!
Aleteia: ¿Por qué aceptó participar en este programa de Grandes Familias?
Vivir algo extraordinario en familia, una nueva aventura, y también conocer un poco lo que pasa detrás de las cámaras, cómo se hace un programa, cómo se rueda y se monta… Y luego pensamos que también era una buena oportunidad para mostrar a una familia moderna y arraigada en la realidad, católica sin pelos en la lengua, donde los valores que más nos importan -la fraternidad, la caridad y la familia- se muestran en pantalla.
Los dos trabajan jornada completa. ¿Cómo llevan el día a día con seis hijos pequeños, de entre 15 y 2 años?
Guillaume es el director del colegio de Pierre, y yo trabajo en un centro de formación sanitaria. En cuanto al día a día, empiezo muy temprano y salgo primero de casa. Guillaume se encarga de llevar a los cuatro más pequeños al colegio y a la guardería, ya que nuestros dos hijos mayores están solos. Por la tarde, soy yo quien termina antes para asegurar el regreso a casa y ese famoso “túnel” de las 18:00 a las 20:00 que todos los padres conocen tan bien.
¿Qué opina de su exposición en los medios de comunicación y en las redes?
Creo que está bastante bien. En Instagram hay un ambiente muy amistoso, conoces a gente y puedes tener conversaciones muy agradables. En Facebook es más complicado, hay más mala leche, así que intentas no leer, mantenerte al margen y que no te afecte.
También admito que no vemos el programa diario, para mantener nuestra espontaneidad y no mirarnos todo el tiempo. En la calle, a veces recibo sonrisas o pequeños guiños, lo que siempre es muy agradable y dulce. Por el momento, los niños tampoco han recibido muchos comentarios, y supongo que eso es bueno.
¿Puede hablarnos de su camino de fe?
Guillaume creció en una familia católica, mientras que mi madre era católica y mi padre protestante. Al principio nos educaron como protestantes, pero un domingo por la mañana, cuando vivíamos en Nantes como una familia, el templo de la calle estaba cerrado, así que mis padres nos llevaron a la iglesia de al lado. Mi padre se convirtió y después nos bautizaron a todos; yo tenía entonces seis años. Desde ese momento, a pesar de las dificultades que he encontrado en la vida, siempre he mantenido la fe. Me casé por la Iglesia a los 20 años y todos nuestros hijos fueron bautizados de niños.
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