La literatura, como cualquiera de las bellas artes, produce y transmite emociones e ideales entre quienes la realizan y aprecian. Es una gran fuente de conocimiento, una excelente vía de entretenimiento y, también, un reflejo de los valores, pensamientos y convicciones, tanto del propio autor, como de la cultura en la que éste se desenvuelve.
En el marco de las fiestas de Independencia de México, aquí dos poetas que, con su diestra pluma, nos transmitieron belleza e ideales sobre la patria y la religión, tan arraigada en el país de la Guadalupana.
Ricardo López Méndez“El Credo”
Nacido en Yucatán en 1903, este escritor, periodista y locutor, comenzó su carrera como escritor desde su juventud. De su notable obra destaca un poema escrito en 1940 para conmemorar el aniversario de la Independencia: “El credo”, mejor conocido como “México creo en ti”. Estos son algunos de los versos que componen el poema:
II
México, creo en ti,
sin que te represente en una forma
porque te llevo dentro, sin que sepa
lo que tú eres en mí; pero presiento
que mucho te pareces a mi alma,
que sé que existe, pero no la veo.
IX
México, creo en ti,
porque escribes tu nombre con la equis,
que algo tiene de cruz y de calvario;
porque el águila brava de tu escudo
se divierte jugando a los volados
con la vida y, a veces, con la muerte.
X
México, creo en ti,
como creo en los clavos que te sangran,
en las espinas que hay en tu corona,
y en el mar que te aprieta la cintura
para que tomes en la forma humana
hechura de sirena en las espumas.
Ramón López VelardeSuave Patria
Uno de los mayores y más reconocidos poetas mexicanos, originario de Zacatecas, que vivió entre 1888 y 1921.
Ingresó al Seminario Conciliar de Zacatecas cuando tenía 12 años, después se trasladó a Zacatecas, a San Luis Potosí y finalmente, a la Ciudad de México. Trabajó como periodista y como juez, una vez que recibió su título de abogado.
En 1921 escribió su poema más conocido, con motivo del aniversario de la Independencia de México: Suave patria. Aquí algunos de los versos que hacen alusión a la patria y la religión.
Al triste y al feliz dices que sí,
que en tu lengua de amor prueben de ti
la picadura del ajonjolí.
¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena
de deleites frenéticos nos llena!
Trueno de nuestras nubes, que nos baña
de locura, enloquece a la montaña,
requiebra a la mujer, sana al lunático,
incorpora a los muertos, pide el Viático,
y al fin derrumba las madererías
de Dios, sobre las tierras labrantías.
…
Tu imagen, el Palacio Nacional,
con tu misma grandeza y con tu igual
estatura de niño y de dedal.
Te dará, frente al hambre y el obús,
un higo San Felipe de Jesús.
…
Por tu balcón de palmas bendecidas
el Domingo de Ramos, yo desfilo
lleno de sombra, porque tú trepidas.
…
Patria, te doy de tu dicha la clave:
sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;
cincuenta veces es igual el ave
taladrada en el hilo del rosario,
y es más feliz que tú, Patria suave.
Dos autores que con su obra reviven el aprecio por nuestra patria y la religión siempre presente, pues nada como el arte para mover al hombre y llamarlo a la conciencia y acción.
