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La Basílica de Guadalupe tendrá una nueva imagen de la Virgen de Guadalupe. Se trata de la Virgen de Guadalupe de Extremadura (España), cuya imagen será entregada al Santuario del Tepeyac este 3 de septiembre como parte de un acuerdo de “hermanamiento” realizado entre los dos santuarios guadalupanos desde el pasado mes de febrero.
Este acuerdo contempla que, tanto México como España, tengan una imagen de ambas advocaciones para que en dichas naciones se rece de igual manera por el pueblo mexicano y el español. Además, en México se celebrará con solemnidad la fiesta de la Virgen de Extremadura (6 de septiembre); y en España, celebrarán el 12 de diciembre, día de la Guadalupana.
Según información difundida por un medio católico, la imagen -realizada por el pintor Raúl Berzosa- será entregada al Cardenal Aguiar Retes por el arzobispo Francisco Cerro Chávez, para que sea puesta en un espacio apropiado para que los fieles acudan a venerarla.
Conoce a la Virgen de Guadalupe de Extremadura, España
Esta advocación es patrona de Extremadura desde 1907 y Reina de la Hispanidad desde el 12 de octubre de 1928, día en que fue coronada canónicamente como tal.
En el siglo XIII la Virgen se le apareció a Gil Cordero, un vaquero de la región de Cáceres, y le dijo que existía una escultura de ella enterrada junto al río Guadalupe. Posteriormente, una de las vacas de Gil Cordero murió y, antes de destazarla, hizo una señal de la cruz en el vientre del animal y éste resucitó. Al estar ubicado junto al río, Gil pensó que quizá ese era el lugar en donde estaba enterrada la imagen de la Virgen. Excavó y encontró la imagen dentro de una caja, ubicada a solo un metro de profundidad.
Cordero hizo una pequeña cabaña para depositar la imagen y, al acudir a la iglesia de Cáceres a informar el hallazgo y el deseo de la Virgen de ser venerada en ese lugar, no obtuvo respuesta, pues nadie creyó en su palabra.
Al llegar a casa, encontró a su hijo muerto y pidió a la Virgen que lo devolviera a la vida. Mientras se celebraba su entierro, el hijo volvió a la vida y dijo que una mujer le había ayudado a levantarse. Desde ese momento los clérigos y miembros del poblado creyeron en Cordero y acudieron juntos hasta el lugar en donde se encontraba la imagen, donde posteriormente, construyeron una ermita.
Esta ermita fue convertida en una gran iglesia, con edificios adyacentes, gracias a la intervención del rey Alfonso XI.