Recientemente se estrenó la canción “Oh, José” de la cantante colombiana Adri Duque, que -en palabras de la cantautora- es una invitación a san José para que “entre en cada hogar, se convierta en el maestro de cada familia y ayude a desarrollar una fe sólida y amorosa”.
Una fe que creció en el año de san José
Adri Duque compartió con Aleteia que su devoción hacia san José surgió desde que era una niña, pues creció en un hogar muy católico y su madre le habló especialmente sobre él; sin embargo, en 2021, cuando el Papa Francisco declaró el año de san José, su fe en este santo se volvió aún más profunda.
“Hice un proceso de consagración a san José con las hermanas de la Visitación y me enamoré profundamente de este santo, de su personalidad, su vida, de todo los pasos que tuvo que dar; las decisiones que tomó guiado por el Espíritu Santo y el gran don de discernimiento. También del silencio que manejaba”.
Ese mismo año, mientras su devoción aumentaba, la vida de Adri fue grandemente bendecida por milagros -imposibles de obtener ante los ojos humanos- que san José alcanzó de Dios en favor de ella y de su familia. “Creo que todo eso ha ayudado a que mi fe, mi devoción a san José, crezca”.
Cada casa, un taller para él
Fruto de esta fe en san José, la cantautora antioqueña le pidió que entrara a su casa, con su esposo e hijos “para que él fuera el maestro, con el hogar de Nazareth, y que montara su taller en mi casa. Debo decir que he visto frutos en cada uno de mis hijos, en mi esposo y en mi vida espiritual”.
Adri Duque desea que esta canción toque el corazón de cada familia, pero en especial de cada hombre, pues en él podemos encontrar un valioso ejemplo sobre el lugar valioso que el varón ocupa en la sociedad, al ser un apoyo y protector para sus seres queridos, y vivir con amor, respeto y alegría en el seno familiar.
Un modelo de virtudes
En esta sociedad, que cada día está más descompuesta por la falta de valores, Adri considera que la Iglesia nos presenta a este gran santo que “era un hombre, un humano, que obedeció a Dios”.
Las virtudes del hombre que fue elegido para ser el padre terrenal de Cristo son muchas, pero para reivindicar a nuestra sociedad resalta la virtud del silencio, de la piedad, la laboriosidad, el amor profundo, y su sentido de protección desde el amor y el respeto.
Él aprendió a escuchar la voz de Dios, aprendió a obedecer. Es el varón prudente y justo. Él debería ser el modelo ideal para todo hombre, de cualquier época, así como lo es María para toda mujer, y así como lo es Jesús para cualquier hijo, de cualquier época”.
Adri Duque concluye para Aleteia que, teniendo a este gran santo como modelo a seguir “se formarían, en el mundo, muchos hogares de Nazaret. Se imaginan ustedes, ¿cómo sería nuestra sociedad si en cada hogar se viviera a ejemplo del hogar de Nazaret? Creo que viviríamos el Edén”.
Esta canción está disponible en plataformas musicales de streaming y a través de su canal de YouTube.
