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“Oh María, purifica mis sentidos para que pueda gustar a Dios desde aquí abajo”
Sor María Romero
El 7 de julio se celebra un día muy especial para el mundo, sobre todo para mi familia. Si buscas en el santoral del día encontrarás a la beata Sor María Romero Meneses. Fue uno de los santos patronos de la JMJ que se desarrolló en mi país, Panamá.
Pero, ¿quién fue esta religiosa? ¿Por qué en mi familia le tenemos tanto cariño?
Sor María fue una religiosa salesiana, nicaragüense, que hizo su labor social en Costa Rica. Los costarricenses la consideran suya.
Una mujer de fuertes convicciones, una enorme humildad y una extraordinaria confianza en los designios y la voluntad de Dios.
Era una gran enamorada de Jesús Sacramentado y de la Virgen, bajo la advocación de María Auxiliadora.
La Virgen obtuvo para ella, de parte de su Hijo, cientos de milagros extraordinarios que la dieron a conocer.
Frases de sabiduría
Muchos acudían a sor María por un consejo o una ayuda espiritual o material.
Se dice que advirtió con tiempo de un terrible terremoto que estaba por ocurrir en su tierra natal Nicaragua.
Llamaba al arrepentimiento y la conversión, a estar preparados. En 1972 ocurrió el funesto terremoto que devastó Managua, muriendo unas 10.000 personas.
Basaba sus enseñanzas en llevar una vida de santidad, grata a Dios, el amor al Santísimo y la confianza en la Virgen María.
Te he hablado de ella en escritos anteriores. Su vida fue tan sobrenatural y extraordinaria y ayudó tanto a mi familia, que nunca me cansaré de narrar sus aventuras en la fe y lo que nos enseñó a todos.
Hizo suyas las palabras de don Bosco:
“Propagad la devoción a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son los milagros…!”.
“Para obtener una gracia especial, la jaculatoria más eficaz es esta: ‘María Auxiliadora, rogad por nosotros’”.
“Predíquese por todos los medios que María Auxiliadora ha obtenido y obtendrá gracias particulares y aun extraordinarias y milagrosas, a los que ayudan cristianamente a la juventud en peligro, con obras, consejos, con el buen ejemplo o simplemente con la oración”.
“Llegará a ser santa”
Sor Ana María Cavallini, una monja que en ocasiones la ayudaba en sus actividades cotidianas se percató muy rápido de su vida extraordinaria y los milagros que la Virgen le concedía.
“Sor María tiene algo especial, llegará a ser santa”, pensó. Y se dedicó a partir de ese momento a seguir de cerca los pasos de sor María Romero y anotar sus palabras, pensamientos y vivencias con Jesús y la Virgen.
También guardaba todas las anotaciones que hacía sor María y arrojaba al basurero.
Discretamente fue rescatando todo lo que sirviera al momento de su muerte para dar fe lo que vivió a su lado y de la santidad patente de sor María.
Ha publicado un libro con algunas de sus vivencias al lado de sor María que se obtiene en la Casa de María Auxiliadora en San José, Costa Rica.
Gracias a tantas personas que han aportado testimonios y a sor Ana María existe abundante material y documentación sobre la vida, milagros y pensamientos de sor María Romero.
Sor María invitó a algunas niñas a ir de casa en casa enseñando la religión católica. Las llamaban las “misioneritas”. Ella las preparaba.
Enseñaban en los barrios más pobres e invitaban a la gente a entronizar a Jesús y a María en sus hogares.
Es curioso, mi mamá fue una de sus primeras misioneritas en los barrios pobres de San José, Costa Rica. Así ella fue desarrollando una amistad de toda la vida con sor María.
Mi mamá siendo niños, nos decía a mis hermanos y a mí: “Ustedes nunca serán huérfanos tienen una Madre en el cielo”.
Confiemos en la Virgen y veremos grandes milagros en nuestras vidas. Pidamos a sor María su intercesión ante la Virgen y su Hijo Jesús.
Acude confiado a la Virgen, ella te ayudará.
“Oh María sin pecado concebida, rogad por nos que recurrimos a vos”.