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Ruth Pfau: Una luz entre los leprosos

RUTH-PFAU

Bernd Hartung-(CC BY-SA 4.0)

Sandra Ferrer - publicado el 07/07/23

Se convirtió al catolicismo y luchó toda su vida contra la lepra

La vida de Ruth Pfau es una historia de entrega absoluta a los demás. Ejemplo, como tantos, de caridad cristiana y amor al prójimo. Ruth pasó de ser una joven protestante alemana que había sufrido los estragos de la guerra, a buscar en el corazón de Pakistán sentido a su existencia. Por el camino, se convirtió y se hizo monja.

Ruth Katharina Martha Pfau nació en la ciudad alemana de Leipzig el 9 de septiembre de 1929. Hija de un matrimonio de cristianos protestantes, Ruth, sus padres y sus cinco hermanos vieron como su propio hogar era destruido por las bombas durante la Segunda Guerra Mundial. El fin del conflicto no trajo paz a los Pfau. La llegada del comunismo a Alemania, a la zona Oriental en la que vivían, obligó a la familia a dejarlo todo y mudarse a la Alemania Federal.

La década de 1950 fue clave en la vida de Ruth. No solo eligió cuál sería su destino profesional. También espiritual. En Mainz, inició sus estudios de medicina que finalizaría en Maguncia. Fue en aquella época que empezó a plantearse sus creencias y en 1953 decidió convertirse al catolicismo. Cuatro años después, se marchó a París, donde se unió a la congregación de las Hijas del Corazón de María.

Convertida en doctora y monja, la orden mandó a Ruth a las misiones en la India. En el camino, un problema con el visado, la obligó a permanecer un tiempo en Karachi, Pakistán. Allí, la hermana Ruth visitó una colonia de leprosos. Fue entonces cuando supo cuál era el destino que Cristo le había marcado. Desde entonces, y hasta su muerte, Ruth Pfau se volcó en mejorar la vida de los muchos enfermos de lepra y sus familiares que sufrían marginación social.

Ruth impulsó la creación de varios hospitales y clínicas para curar a los leprosos y prevenir esta y otras enfermedades como la tuberculosis. El Leprosorio Maria Adelaide fue el origen de muchos otros centros hospitalarios que se expandieron por todo el país. Organizó campañas de captación de fondos en Pakistán y en su Alemania natal, visitó los lugares más remotos del país asiático y colaboró con todo aquel que quisiera terminar con una lacra que parecía ser de otros tiempos pero que aún estaba muy viva.

Poco a poco se fue ganando la confianza y el respeto de las autoridades pakistaníes que en 1979 la nombraron Asesora Federal en Lepra para el Ministerio de Salud y Bienestar Social del Gobierno de Pakistán.

Los esfuerzos de Ruth Pauf como responsable del Programa Nacional de Control de la Lepra consiguieron que en 1996 la Organización Mundial de la Salud declarara a Pakistán como uno de los primeros países de Asia en controlar la enfermedad. Aquel fue el mayor reconocimiento que la monja podría haber recibido, pero tuvo muchos más.

En 1988 el gobierno de Pakistán le otorgó la nacionalidad pakistaní y muchos la conocieron como la “Madre Teresa de Pakistán” o la “luz de los leprosos”. Recibió varios premios, como el Ramon Magsaysay Award, considerado como el Premio Nobel en el continente asiático.

Para Ruth, su principal objetivo durante más de cinco décadas fue devolver la dignidad a los enfermos de lepra, fue su principal objetivo en la vida, una vida de entrega absoluta a los demás, sin importarle el esfuerzo extremo y el riesgo que podría haber supuesto para ella misma. Su entrega hizo que miles de personas se salvaran o mejoraran sus condiciones de vida.

Cuando falleció el 10 de agosto de 2017, Ruth Pfau fue una de las pocas personas que recibió en Pakistán, un país de mayoría musulmana, un funeral de estado y una ceremonia católica, en la Catedral de San Patricio. En la actualidad, distintos centros educativos y sanitarios llevan en Pakistán el nombre de Ruth Pfau.

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