La red de 550 monasterios que reza por los miembros de Aleteia Family lleva casi 2 años en marcha. La Fundación DeClausura, que la coordina, recibió hace unos días un emocionante mensaje de una mujer que confió su intención de oración a Dios en la Eucaristía.
Paola Carolina García Ramírez escribía el pasado 21 de mayo para compartir su alegría y agradecer a los 550 monasterios que han rezado por la salud de su hija Michell.
“La palabra gracias es demasiado poco para lo mucho que deseo decirles”, escribe al inicio de su carta. Y añade:
“La fuerza de la oración al Padre, al hijo Jesucristo y al Espíritu Santo es indestructible.
La petición que hemos solicitado al Padre a través de ustedes ha sido escuchada. Sí creo en el Dios todopoderoso y sí creo en el poder de la oración”.
Una recuperación asombrosa
A Michell Oriana Valentina le habían diagnosticado en Venezuela una grave enfermedad que requería un trasplante pulmonar.
Por ello, la familia viajó a Estados Unidos, donde fue sometida a una operación de alto riesgo en la que le extrajeron el pulmón izquierdo.
Tres semanas después de la intervención quirúrgica, los médicos mostraron su admiración por su recuperación.
“Los rostros de los médicos ante la rápida recuperación de Oriana mostraban que las oraciones pedidas a los conventos de clausura habían ayudado a nuestra hija”, comparte Paola emocionada.
El camino continúa. La familia espera ahora los próximos pasos para un trasplante de los dos pulmones.
“Viene un paso mayor que el anterior, ante los ojos del hombre, un paso delicado -reconoce la madre-. Pero ante los ojos de mi Señor, solo una continuidad de su voluntad envuelta en amor”.
Sin duda la fe tras la prueba, les da fuerzas.
“Sentimos que estamos sobre la palma de la mano de Jesús, estamos a salvo, Él es el mesías, Él es quien todo lo puede, desde siempre y por siempre”, escribe Paola.
Emigrar buscando una solución
La familia es venezolana y la componen 5 miembros: Paola, su esposo Ignacio, sus dos hijas -Michelle Oriana, de 20 años y Nathalia Carolina con 15- y el más pequeño Benjamin, con apenas 9 añitos.
En Venezuela su neumólogo ya les advirtió de la necesidad de un trasplante bipulmonar.
Se marcharon a Estados Unidos en 2013 buscando una segunda opinión médica y poder proporcionarle a Ori mejores tratamientos para alargar su vida física. Desde entonces viven en la ciudad de Nueva York.
Gracias a una amiga de la infancia, Pahola mandó su intención de oración a la red de Aleteia Family.
Era una petición, llena de angustia y dolor, la petición de una madre por su hija muy enferma que debía operarse.
Pulmones dañados
El dolor por la salud de Oriana dura ya años. Aunque la niña nació sana, a los 10 meses tuvo la enfermedad del “dengue”.
En paralelo, una gripe mal curada pasó a ser bronquitis y de la bronquitis pasó a ser neumonía bilateral.
Todo ello la llevó a un coma durante 21 días a consecuencia de un paro respiratorio simultáneo a un paro cardiaco.
A pesar de todo, la familia de Ori ha tratado que la joven lleve una vida parecida a la de la mayoría de chicas de su edad, a pesar de las limitaciones físicas de sus pulmones dañados.
Alivio
Tras 3 semanas en el hospital, Michelle Oriana ya está en casa. Su calidad de vida ha mejorado, ahora sus padres pueden ver cómo duerme plácidamente sin ataques:
“Nos acercamos a verla cuando duerme y somos felices, duerme tan tranquila que ni la sentimos.
Estamos agradecidos con Dios y con todos los instrumentos que Él usa para hacer tangible su voluntad en este plano, los monasterios han sido ese instrumento”.
Paola y su familia agradecen haber sido sostenidos por tantas personas en oración, durante los momentos más duros y lanzan un mensaje final:
“No estamos solos ante las adversidades. Todos somos hechos por la Gracia del Padre, y nos abriguemos con el poder extraordinario de la oración con el corazón hecho rodillas, inclinado hacia Él y para Él.
Cuando pedimos en silencio y a la vez con los gritos del alma clamando por su intervención, pero sin desespero, podemos ser escuchados y al mismo tiempo debemos hacerlo respetando la voluntad que Él tenga para nuestra súplica”.