A pocos días de la solemnidad del Corpus Christi (primera quincena de junio), en Perú ocurrió un gesto cargado de esperanza en un sitio asociado por lo general a dolor y malas noticias.
Según recordó laIglesia de Perú, el pasado 29 de mayo, el Santísimo Sacramento fue trasladado hasta la cárcel «El Milagro» de la ciudad de Trujillo para bendecir a internos y trabajadores.
Fue en ese lugar (en abril medios locales comoLa República informaban de la muerte de dos reclusos en menos de 24 horas a raíz de un enfrentamiento) donde se ofició una misa animada por el coro de internos que alienta la Pastoral Carcelaria de la Arquidiócesis de Trujillo.
Tal cual añadió la Iglesia de Perú, posteriormente, el Santísimo Sacramento hizo un recorrido en procesión por algunos de los pabellones de ese recinto penitenciario –cuyo nombre, «El Milagro», de alguna manera emula lo vivido con ese gesto tan especial- en medio de un clima de profunda fe y devoción.
Por último, se señaló que los reclusos «prepararon una alfombra y acompañaron con alabanzas y oraciones, pidiendo misericordia, salud y fortaleza para ellos y sus familiares». En ese sentido, tal cual se agregó, el propio director del establecimiento pidió que «estas actividades religiosas prosigan alimentando el espíritu» de estas personas privadas de libertad.