En nuestro anterior artículo nos hemos detenido en mencionar y comentar brevemente varias (aunque no todas) las piezas musicales que han sonado, ya sea como parte de la liturgia o fuera de ella, durante la coronación del flamante rey de Inglaterra, Carlos III, el pasado 6 de mayo.
Sin embargo, hemos reservado un espacio aparte para una de las “estrellas” del repertorio, sobre la cual los medios -sin conocerla aún- habían focalizado su atención los días anteriores a la ceremonia. Sin duda, la popularidad y la reconocida trayectoria de su autor otorgaban argumentos para ello.
Se trata nada menos que de Sir Andrew Lloyd Webber, compositor de musicales célebres como “El fantasma de la ópera”, “Cats”, “Evita”, “Jesucristo Superstar” entre muchísimos otros. El mismo Carlos le encargó que compusiese el Himno de Coronación, que llevó por título “Make a Joyful Noise” (Haz un ruido alegre). El compositor afirmaba al respecto en un comunicado distribuido por el Palacio de Buckingham: “Espero que mi himno refleje esta alegre ocasión”.
El himno se inspiró en un versículo de la versión de la Biblia del Rey Jacobo del Salmo 98, publicada en 1611:
“Haga un alegre ruido para el Señor toda la tierra. Haga un fuerte ruido y se regocije y cante alabanzas. Cante al Señor con el harpa y con la voz del salmo. Con trompetas y el sonido del corno. Haga un alegre ruido ante el Señor, el Rey…” dice parte del texto.
Antes de la ceremonia, durante una entrevista, el compositor señalaba: “Lo que el Rey me dijo fue que esperaba que fuera melódico y que pudiera sobrevivir más allá de la coronación. Si tienes un título como ‘Haz un Ruido Alegre’, que es la parte central del Salmo 98, es un regalo para un compositor, ¿no? Tienes algo que la gente puede cantar y con suerte, será algo que se cante en bodas, no lo sé.”
La obra se estrenó el mismo día de la coronación. He aquí la grabación en vivo en la interpretación del Coro de la Abadía de Westminster, el Coro de la Capilla Real de Su Majestad St. James’s Palace, coristas del Truro Cathedral Choir, coristas del Coro de la Capilla del Methodist College Belfast, el Octeto del Monteverdi Choir, todos bajo la dirección de Andrew Nethsingha y el acompañamiento de la Coronation Orchestra formada para la ocasión y dirigida por Antonio Pappano, con Peter Holder en órgano, y trompetistas de la Royal Air Force.
La obra logra su objetivo. Es glamorosa, pomposa y alegre. Tiene algo de épico, pero a la vez liguereza. Es elegante pero sin mayores sofisticaciones, de modo que tiene facilitado el acceso al oído popular. La melodía es simple, así como la armonización. Tiene las fanfarrias que no podían faltar y combina voces masculinas infantiles y adultas.
El mismo día de la coronación, algunas horas después, se publicó en las redes un video con audio e imágenes de la grabación de estudio de la obra y otro en el que Lloyd Webber comparte algunos comentarios sobre el proceso creativo. Allí señala que, de hecho, una vez que estuvo seleccionada la lírica, la composición se desarrolló con bastante facilidad y rapidez, más allá de los tiempos que habitualmente lleva ultimar detalles de orquestación.