Todo comenzó en diciembre de 2022 como inquietud de dos amigas. Precisamente, el deseo de Margoth y Micaela de promover los milagros eucarísticos que había investigado durante su vida Carlo Acutis, conocido también como el «beato digital».
Sin embargo, tal cual reproduce la web de la Arquidiócesis de Santa Cruz, a sugerencia del padre Guillermo Gándada se vio más oportuno cambiar el enfoque de la muestra para mostrar la vida del beato como ejemplo para los más jóvenes.
«Es así que se toma el libro: El Secreto de mi hijo escrito por la señora Antonia Salzano, para estudiar un poco más de cerca la historia de su vida. Se empieza a redactar cada panel siguiendo una cronología y uniendo a estos datos las anécdotas que posiblemente se podía haber escuchado de la mamá en entrevistas. Es así que se empieza a buscar los fondos económicos y humanos para montar la exposición», indica la Arquidiócesis de Santa Cruz.
Más que una muestra
De manera paralela, no solo se presentó la exposición desde el 22 de marzo, sino que también «se quiso contar con medios que a Carlo le gustaba tomar como era la confesión sacramental semanalmente o la adoración eucarística». Esto hizo también que se dieran jornadas de confesión tres veces a la semana y adoración eucarística dos veces en la semana.
Lo propio con respecto a conferencias con aspectos importantes sobre la vida de Carlo. «La Eucaristía es mi autopista al cielo»; «Estar unido a Jesús es mi proyecto de vida»; «Los pobres, los más débiles mis mejores amigos»; «Todos nacemos originales, pero muchos mueren como fotocopias»; «María es la única mujer en mi vida» y «Mi corazón inmaculado triunfará», fueron algunos de los títulos.
Fue así que, en los pasillos de la exposición, durante este tiempo fue posible ver también a niños, jóvenes, adultos, grupos de primera comunión o confirmación, además de comunidades católicas.
«No sabemos que más quiere Dios de esto, pero sabemos que apenas ha empezado este sueño junto a Carlo, que se espera en los próximos meses poder llevar la exposición a Cochabamba y La Paz a través de algunas instituciones educativas», finaliza la Arquidiócesis de Santa Cruz.
