Ocurrió esta semana en Estados Unidos. El meteorólogo en jefe de la cadena de televisión WTVA, Matt Laubhan, se encontraba retransmitiendo en directo la predicción del tiempo. De repente, al actualizar las imágenes del mapa, vio con horror que un tornado se lanzaba peligrosamente sobre la ciudad de Amory, en el estado de Misisipi.
Laubhan quedó tan impactado que apoyó los brazos sobre la mesa y le salió un espontáneo rezo a Dios: “Dear Jesus, please, help them! Amen” (Querido Jesús, por favor, ¡ayúdalos! Amén). Lo estaban viendo cientos de miles de personas.
No es frecuente que un periodista, un hombre del tiempo, rece en público mientras hace su trabajo. Pero este hecho mostró ampliamente la empatía de un meteorólogo que sirve a la sociedad aportando las previsiones del tiempo y que es capaz de empatizar con quienes están al otro lado de la pantalla. Él más que nadie sabía que el peligro era inminente.
Rezar en público
Laubhan mostró que en su trabajo de servicio de los demás, Dios estaba presente. Rezó porque se compadecía de los habitantes de Amory y por los posibles daños. De hecho, efectivamente el tornado pasó por la ciudad y causó dos muertos además de abundantes destrozos materiales.
La oración de Laubhan sorprendió al público y la cadena CNN lo entrevistó después. La periodista de CNN dijo:
“No solemos ver ni escuchar a los meteorólogos rezar en el aire pero eso es exactamente lo que hacías cuando ese tornado azotaba la parte noroeste de Amory.”
A continuación, le preguntó: “¿Qué pensabas en ese momento y qué reacción has recibido?”
Laubhan, con mucha sencillez, respondió:
“¿Sabes? No puedo decir que tuviera la intención de rezar. Era una especie de situación en la que sabíamos que estaba pasando algo extremadamente malo y sabíamos que era posible, tal vez incluso probable, que hubiera personas heridas y a punto de morir.”
El meteorólogo explicó que “muy pocas veces me quedo sin palabras. Y me sentí un poco abrumado, sinceramente. Y simplemente salió a la luz [la oración].”
“Dios se hizo cargo”
A continuación, explicó:
“La reacción del público aquí en Mississippi en particular, ha sido abrumadoramente positiva en muchos casos.”
Aquella imprecación hizo mucho bien: “La gente me dijo que les ayudó a darse cuenta de la gravedad de la situación. Y me gustaría decir que era algo que tenía la intención de hacer, pero creo que Dios se hizo cargo de ello en ese momento.”