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Sí, el mítico Estadio Centenario, el sitio que pasó a la historia por albergar la primera final de un mundial de fútbol en 1930 (y hasta podría volver a cobrar protagonismo en 2030 si se confirma el certamen en Sudamérica), volverá a ser «templo de Dios».
En efecto, así como lo fue en tres ocasiones en el Siglo XX gracias a tres eventos religiosos (Congreso Eucarístico de 1938, el Año Mariano de 1954 y visita del papa Juan Pablo II en 1988), el próximo 6 de mayo, en pleno Siglo XXI, será testigo de un acontecimiento histórico para la Iglesia de Uruguay: la beatificación de su primer obispo, monseñor Jacinto Vera (1813-1881).
Cronograma aprobado
La noticia del sitio elegido para la primera ceremonia de este tipo que se realizará en suelo uruguayo fue dada a conocer el pasado viernes 3 de marzo a través de una rueda de prensa que contó con la participación del propio arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla.
«Hay un antes y un después en la historia de la iglesia en Uruguay ligada a la figura de Jacinto Vera», expresó Sturla, tal cual reproduce el sitio web de la Arquidiócesis de Montevideo.
Es que la Iglesia de Uruguay esperó más de 140 años lo que finalmente empezó a cambiar a partir del reconocimiento el 17 de diciembre de 2022 por parte del papa Francisco de un milagro que habilitó su beatificación.
Pero más allá de la figura de Vera -historia y milagro que se pudo conocer en Aleteia– también se ofrecieron detalles de los preparativos y actividades de cara a la gran celebración del 6 de mayo en la tribuna Olímpica (famosa por la Torre de los Homenajes que fue hecha por trabajadores inmigrantes en tiempo récord) del Estadio Centenario (Monumento al Fútbol Mundial declarado por la FIFA).
El encargado de hacer referencia al cronograma y actividades fue el vicario pastoral de la Arquidiócesis de Montevideo, el sacerdote Mathías Soiza. En ese sentido, Soiza indicó que se vienen planificando diversas actividades con «una mirada general y un abordaje nacional».
Con respecto al Centenario, frente a la tribuna Olímpica el 6 de mayo se montará un escenario y se realizarán diversas actividades artísticas antes de la misa y rito de beatificación.
Pero en las semanas anteriores también se realizarán otras actividades como la presentación de una biografía de Vera y hasta la exposición de objetos personales del nuevo beato. Incluso, se recordó que recientemente (el 24 de febrero) se llevó a cabo el denominado «reconocimiento canónico», algo que implicó la apertura de la tumba de Vera por primera vez desde que fue instalado ahí en 1883.
«Hubo un evento que ya vivimos, que fue el reconocimiento canónico de los restos mortales de Jacinto. Sus restos son considerados reliquias», reflexionó Sturla.
¿Acaso había un lugar más apropiado?
Desde que el pasado 17 de diciembre se diera a conocer la aprobación del milagro atribuido a la intercesión de Jacinto Vera, las especulaciones sobre el día y el lugar de la ceremonia empezaron a fluir.
Fue ahí que de manera natural surgió el 6 de mayo (día de la pascua de Vera) y el lugar la Plaza Matriz por estar junto a la catedral de Montevideo (iglesia donde están los restos de Vera).
Finalmente, la decisión fue cambiar el lugar original se dio a conocer de manera pública el pasado 3 de marzo luego de un acuerdo con las autoridades encargadas de la administración del Estadio Centenario.
Fuentes vinculadas a la Iglesia de Uruguay reconocieron a Aleteia que si bien el sitio ideal de la beatificación hubiera sido alrededor de la catedral de Montevideo (como la Plaza Matriz) –lugar donde reposan los restos de Vera y el que se había elegido de manera original (aunque presentaba algunos inconvenientes por cuestiones logísticas y afluencia de público esperada)- al momento de elegir algún centro «no religioso» el Centenario era el más adecuado.
Es que el fútbol históricamente ha sido la gran vidriera al mundo de este pequeño país sudamericano con poco más de 3.500.000 habitantes. Para muchos también «la religión oficial de Uruguay» desde que la Iglesia católica se separó del Estado hace más 100 años y llegando a ser reconocido como uno de los países más laicos de América Latina.
«Más que un grito de gol»
Sin lugar a dudas se trata de un sitio fuertemente arraigado a la cultura de Uruguay y en ese sentido presenta una «sintonía especial» con una celebración histórica y la primera de este tipo en tierra uruguaya.
En efecto, así como el Centenario fue testigo del primer campeón de un mundial de fútbol (Uruguay), casi 100 años después también lo será de la ceremonia en la que el primer obispo de Uruguay (reconocido como auténtico «cura gaucho y misionero» al mejor estilo José Gabriel Brochero en Argentina) será beato.
Es por todo esto que desde esa tribuna que tanto tiene que ver con los inmigrantes con esa inconfundible Torre de los Homenajesque se ha transformado en ícono también a nivel de postal turística (curiosamente los padres de Vera también fueron inmigrantes provenientes de Tinajo en Lanzarote, España) los corazones de los devotos en Uruguay palpitarán para celebrar y festejar con más fuerza que un grito de gol.