El papa Francisco ha regalado hoy una pequeña obra de bronce para animar al príncipe Alberto II y a su esposa, la princesa Charlene de Mónaco, a seguir adelante con sus labores humanitarias y caritativas, inspirados en la máxima “Amar y Servir”, evocativa de la Parábola del buen samaritano.
Este miércoles, 20 de julio de 2022, la princesa llegó de la mano de su marido, Alberto II, 64 años, presidente de la Cruz Roja (ella es vicepresidenta) al Palacio Apostólico del Vaticano, acompañados por su séquito.
La audiencia privada de esta mañana, duró 25 minutos, inició a las 9:55, el papa Francisco lució sonriente y a pesar de su problema en su rodilla derecha, se apoyó con un bastón para posar de pie para la foto oficial.
Francisco sorprendió a la princesa, especialmente, con sus regalos y su explicación. Un gesto que hace mención explícita al “Buen Samaritano”.
Amar y Servir
El Papa entregó a los esposos una estatua en bronce que representaba a un niño ayudando a otro a levantarse, con la inscripción “Amare Aiutare” (Amar y Servir). Al entregárselo, el Papa explicó que “es el único momento en el que se puede mirar a otro por encima del hombro: tenderle la mano y ayudarle a levantarse”.
Asimismo, el Papa obsequió los volúmenes de sus documentos papales: El Mensaje para la Paz de este año, el documento sobre la fraternidad humana y el libro sobre la Statio Orbis del 27 de marzo de 2020, editado por la LEV.
El príncipe ha agradecido con mucho afecto al Papa, que a su vez, le entregó un grabado que representa la capilla del Palacio de Mónaco.
Respecto al regalo del Papa a Alberto II y a Charlene, el Pontífice ha llamado a la acogida del prójimo. “Es necesario volver a la esencia del cristianismo: al amor de Dios, motor de nuestra alegría, que nos hace salir y recorrer los caminos del mundo; y a la acogida del prójimo, que es nuestro testimonio más sencillo y hermoso”, el Papa escribió en Twitter apenas ayer.
La princesa Charlene
La agenda oficial de Charlene de Mónaco se va llenando con el paso de las semanas. Y ahora vuelve a participar, junto a su marido Alberto, en esta visita oficial al Vaticano. El encuentro con el Obispo de Roma ha sido muy esperada por la prensa que sigue la vida de la princesa dado que el año pasado tuvo quebrantos de salud y estuvo confinada en Sudáfrica para recuperarse. Charlène lució ante el Papa un vestido negro largo sobrio, con una mantilla del mismo color que le cubría la cabeza.
El Papa ya había recibido a los príncipes de Mónaco en 2016, mientras que en octubre pasado, el príncipe Alberto recibió la insignia de Caballero del Collar de la Orden del Santo Sepulcro concedida por el cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre de la orden, por su apoyo a los cristianos en Tierra Santa.
Alberto II (Mónaco, 14 de marzo de 1958) es el actual príncipe soberano de Mónaco, sucediendo a su padre Raniero III desde 2005 y está casado desde hace trece años con Charlene Wittstock (nacida en Bulawayo, Rodesia —actual Zimbabue—, 25 de enero de 1978) hoy princesa Charlene de Mónaco, quien es madre de los príncipes Jaime y Gabriela.
