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El domingo 17 de julio por la noche, una familia del pequeño pueblo de Boya (Zamora) recibía una visita realmente no deseada. Eran unos primos que viven en otro pueblo de la provincia, Sesnández de Tábara (a 40 kilómetros), que habían sido evacuados por el incendio que comenzó en la localidad de Losacio.
Ayuda familiar en tiempo de terror. Lo normal. Para eso están los parientes. Habilitar la casa para ese ensanchamiento familiar y que, en medio de los nervios y la incertidumbre, fuera un poco más hogar.
En la tragedia, lo mejor
Una historia como tantas otras de generosidad y servicio, que se multiplican estos días en Zamora lejos de las cámaras y las grabadoras. Lo curioso y significativo de esta anécdota es que la familia de Boya (de lunes a viernes, un matrimonio de jubilados y el abuelo de 95 años, todos ellos curtidos por una vida entre dura y durísima) había experimentado una evacuación semejante justo un mes atrás, el 17 de junio, durante el incendio de la Sierra de la Culebra.