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Mientras los obispos centroamericanos manifiestan su pesar por “el clamor del pueblo nicaragüense” y su pena por “la situación social, económica y política que atraviesa” este país”, y la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, denunciaba que “desde mayo (de 2022), la policía ha reanudado el acoso contra sacerdotes católicos, siguiéndoles e intimidándoles persistentemente”, la postura de la llamada “pareja presidencial” de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, no cede.
Misioneras de la Caridad
Ahora la represión se ceba sobre una de las grandes iniciativas del catolicismo en el país centroamericano (y en el mundo). Se trata de las Misioneras de la Caridad, la orden fundada por Santa Teresa de Calcuta.
Como parte de la intensa cacería que ha emprendido el régimen en contra de la Iglesia católica –por considerarla opositora y golpista—y de la sociedad civil organizada, fueron clausuradas las obras de caridad de las Misioneras. Y, muy probablemente, haya terminado su estancia en Nicaragua.
Las Misioneras, que llevan más de cuarenta años sirviendo a los más pobres entre los pobres, según el espíritu de su fundadora, se encuentran haciendo gestiones con el gobierno. Esto para continuar atendiendo a los nicaragüenses en extrema necesidad. “No sabemos si vamos a poder cumplir con todos los requisitos que están exigiendo”, dijo al diario La Prensauna de las hermanas del convento que se encuentra en Granada.
Manejaban en esta localidad el Hogar del Inmaculado Corazón de María, un refugio para adolescentes abandonadas y/o abusadas de todo el país centroamericano, un lugar para el cuidado de ancianos, una guardería para niños de trabajadoras del mercado. En Managua llevan un hogar de ancianos abandonados y otro en Ciudad Sandino.
Como ha informado oportunamente Aleteia, el régimen encabezado por Ortega-Murillo ha suspendido de sus funciones a más de 400 organizaciones no gubernamentales. Muchas de ellas estaban acusadas de recibir fondos extranjeros con el objetivo de desestabilizar al gobierno.
El motivo por el cual las Misioneras de Madre Teresa de Calcuta han sido suspendidas por el Gobierno no fue revelado. Las hermanas entrevistadas por La Prensa han querido mantener el silencio. Esto para no entorpecer las gestiones que están haciendo las responsables de la orden religiosa en Managua.
Bienvenidas, pero ya no
Corría el mes de noviembre de 1986. En Nicaragua se celebraba un Congreso Eucarístico Nacional convocado por la Iglesia católica encabezada por el cardenal Miguel Obando y Bravo Gobernaba, por vez primera, el entonces llamado comandante-presidente, Daniel Ortega Saavedra. Y Madre Teresa de Calcuta había sido invitada al Congreso. Ortega no quiso dejar pasar la ocasión. Y le dio la bienvenida a ella y a las religiosas.
Fue esta la primera de las dos visitas que hizo santa Teresa de Calcuta a Nicaragua. En esa ocasión, el presidente nicaragüense le relató que tanto él como el cardenal Obando y Bravo son originarios de un pueblo llamado La Libertad, en Chontales.
“De ese departamento soy originario, Chontales. En un pueblo cercano nací yo, donde nació el cardenal Miguel Obando. Un pueblito que se llama La Libertad, Chontales. Es un pueblito muy pequeño”, dijo Ortega a Madre Teresa. Y al finalizar el encuentro destacó que habían conversado sobre “la labor cristiana que ellos hacen, en favor de los pobres, de la gente que sufre”.
Por su parte, Rosario Murillo tiempo después del encuentro reveló que su esposo conservaba las fotografías “y una imagen de nuestra madre María que le obsequió Madre Teresa, hoy Santa Teresa de Calcuta, y se comprometió a respaldar las obras, la labor cristiana que hacen las Misioneras de Calcuta, las Misioneras de Madre Teresa, de la Orden creada por Madre Teresa en nuestra Nicaragua, la labor cristiana en favor de los pobres, de la gente que sufre”.
Orgullo
Y subrayó Rosario Murillo: “Nos sentimos orgullosos de que un momento tan difícil para nuestro país, esos momentos gracias a Dios idos para siempre. Momentos de conflicto, momentos duros. Momentos de separación, momentos de guerra, haya estado con nosotros Madre Teresa de Calcuta como emisaria del amor, de la caridad, de la solidaridad que hoy tratamos de practicar todos los días como buenos cristianos”.
El orgullo se rompió al parecer en 2022.