Aleteia logoAleteia logoAleteia
viernes 29 marzo |
Aleteia logo
Cultura e Historia
separateurCreated with Sketch.

Esta mujer fundó uno de los primeros conventos de México 

Este artículo está reservado a los miembros de Aleteia Family
MEXICO

Mike Peel-CC-BY-SA-4.0

Santa Teresa la Antigua

Sandra Ferrer - publicado el 31/05/22

Por sus muros pasaron mujeres brillantes como Sor Juana Inés de la Cruz

A lo largo de los primeros siglos de desarrollo de las sociedades hispanas en América, se fundaron muchos conventos femeninos en los que las religiosas que en ellos ingresaron desarrollaron su fe y su intelecto.

Ejemplos vivos de la arquitectura barroca novohispana, los centros religiosos erigidos en aquellos siglos esconden historias inspiradoras de hombres y mujeres que dejaron el mundo para dedicar su vida a Dios.

El convento de San José de Carmelitas Descalzas, el primero de esta orden fundado en México, es uno de esos ejemplos. Conocido en la actualidad como Iglesia de Santa Teresa la Antigua, en sus muros vivieron mujeres de la talla de la escritora Sor Juana Inés de la Cruz. Juana de Asbaje, que así se llamaba, adoptó el nombre de una de las fundadoras del convento. 

Inés de la Cruz se enmarca en la historia de miles de mujeres que, venidas de España en busca de un mundo nuevo, se embarcaron en peligrosas travesías por el océano y expandieron por el continente Americano el amor de Dios. Lo hicieron fundando un sinfín de conventos en los que mujeres de ambos lados del Atlántico abrazaron la vida religiosa.

La historia del convento de San José de Carmelitas Descalzas de México la conocemos al detalle gracias al tesón de una de sus fundadoras. Ella no solo trabajó de manera incansable para fundar su convento sino que dejó por escrito todos los pasos que dio; demostrando así, su sabiduría e intelecto. 

Vocación desde niña

La historia de Inés de la Cruz empieza en Toledo, el 17 de enero de 1570. Hija de Francisco de Castellet y Luisa de Ayala, creció junto a sus tres hermanos y dos hermanas en un ambiente culto y religioso. De hecho, su abuela y madrina, Quiteria de San José, fue quien al parecer inspiró en ella su vocación religiosa. “Desde que tuve uso de razón – recordaría años después – deseé ser religiosa sin jamás haber tenido un breve pensamiento contrario”. 

Inés y sus hermanas recibieron una educación excelente, excepcional para las mujeres de su tiempo, que ella supo aprovechar. Aprendió a leer y escribir con apenas cinco años y sus primeras lecturas se centraron en obras religiosas que irían impregnando en su corazón el deseo cada vez más intenso de hacerse monja.

Mujeres inspiradoras como Santa Catalina de Siena o Santa Teresa de Jesús fueron algunos de sus referentes clave. 

Ya entonces, siendo todavía una niña, Inés buscaba momentos de devoción en los que realizaba penitencias

…“aunque no era inclinada a mucho rigor, porque me quitaba la salud, y pasaba gran trabajo en andarme guardando donde no me viesen, para tener disciplina, me bajaba a las cuatro de la mañana a una caballeriza, y por no hacer ruido la tenía con solo recetas de abrojos”.

Carlos de Sigüenza, quien fuera amigo de Sor Juana Inés de la Cruz y escribiera sobre la madre fundadora, recordaba que, de niña, “practica con fervor la soledad, se corta los cabellos y se descalza en la iglesia”. 

Mujer de gran cultura

Cuando tenía catorce años, la familia Castellet ya se encontraba en el Virreinato de Nueva España. Allí Inés continuó con sus estudios, aprendiendo principios básicos de matemáticas, a leer en latín; y los primeros rudimentos de música que le permitieron componer alguna pieza de música sacra.  

En 1588 Inés ingresaba en el convento de Jesús María. “Fue el más alegre día que hasta allí había tenido por salir de un mundo que yo tan mal quería”. Allí conocería a Mariana de la Encarnación. Juntas forjaron la idea de trabajar para erigir un convento que siguiera los pasos de la Santa de Ávila. 

En 1616, Inés de la Cruz y Mariana de la Encarnación conseguían su sueño y fundaban el convento de monjas carmelitas descalzas de San José; o Santa Teresa la Antigua de México. Era el primer carmelo femenino que nacía en esta ciudad.

Años después, en 1625, Inés de la Cruz decidió escribir una crónica de la fundación del que sería su hogar y su lugar de retiro del mundo. Un texto que no solo supone una joya documental de aquellos primeros años de virreinato; sino que es testimonio de la inteligencia que muchas mujeres desarrollaron en aquellos siglos en los que el acceso al conocimiento seguía siendo limitado. 

“Comienzo a escribir la fundación de San José de Carmelitas Descalzas de México para gloria de Dios y que sea servido y amado a las almas de este vergelito; que si puede haber cielo en la tierra lo es estos rincones done El Señor se viene a recrear y aliviar de las ofensas que le hacen con sus pecados esos ingratos del mundo”.  

Ese vergel que creó Sor Inés de la Cruz se convertiría durante años en el destino de muchas mujeres que buscaron una vida de reclusión y oración. Quizás la más ilustre de sus habitantes fue Sor Juana Inés de la Cruz; quien ingresó en el convento en 1667, más de tres décadas después de la muerte de su fundadora. 

Este artículo está reservado a los miembros de Aleteia Family

¿Ya eres miembro?

¡Gratis! - Sin ningún compromiso
Puedes cancelar en cualquier momento

Descubre los beneficios:

Aucun engagement : vous pouvez résilier à tout moment

1.

Acceso ilimitado a todo el nuevo contenido de Aleteia Family

2.

Publicidad limitada

3.

Acceso exclusivo a publicar comentarios

Apoya a medios que promueven los valores católicos
Apoya a medios que promueven los valores católicos
Tags:
arquitecturahistoriamexicomujerreligiosas
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.