Uruguay se acaba de clasificar al Mundial de Catar 2022. Lo hizo de manera anticipada y en medio de un clima de suma alegría para un país sudamericano reconocido por vibrar con el fútbol.
Curiosamente, la clasificación al mundial se dio a pocas horas de una fecha más que importante para los defensores de la vida, el Día del Niño por Nacer el pasado viernes 25 de marzo (día que coincidió también con la consagración del papa Francisco a Rusia y a Ucrania al Corazón Inmaculado de María).
Es en este contexto donde en los últimos días comenzó a ser replicado un testimonio ofrecido en 2020 en una entrevista conOnda Cero por el jugador uruguayo José María Giménez (27), defensa de la selección uruguaya de fútbol y del equipo español Atlético de Madrid.
Un potente gesto con su hermana embarazada
Fue durante la conversación con el medio español cuando surgió de parte de Giménez una anécdota vinculada a su vida personal. En determinado momento reveló que cuando él tenía 17 su hermana había quedado embarazada a los 14 años, algo que lo motivó a tomar una decisión que le podría cambiar la vida para siempre.
“No tenía contrato, no ganaba ningún salario, me daba para los boletos (billetes autobús). El día que me entero llego a casa, una hermana con 14 años embarazada. La realidad es que mi papá tenía una motito e iba a trabajar a una bodega en una motito. Mi mamá era ama de casa, no había muchos ingresos”, empezó a contar Giménez en la entrevista.
“Ese día llorando me planté delante de mis padres y les dije: ‘Ese niño va a nacer -porque no sé qué se podrían haber plantado en la cabeza- y el que se va a hacer cargo voy a ser yo’”, manifestó Giménez.
Luego de estas palabras, Giménez aseguró que llamó a sus representantes para comentarle la situación. Les dijo que iba a dejar el fútbol porque quería buscar un trabajo para ayudar a que su hermana pudiera tener a su hijo.
En ese momento, quienes lo escuchaban, se encontraban a unos 500 kilómetros de donde estaba y en una hora y media llegaron al lugar para conversar directamente con él.
Fútbol y encima un regalo mayor…
Fueron esas personas, prosiguió Giménez, quienes lo empezaron a ayudar para que no dejara el fútbol habida cuenta de que era su pasión. Ese mismo año, el futbolista uruguayo terminó fichando para Atlético Madrid.
Finalmente, a pesar de esta valentía y gesto para con su hermana (también a favor de la vida), que no fue necesario que dejara al fútbol. Y encima con un fichaje en un club que hasta el día de hoy lo tiene como uno de sus principales referentes.
“¿Y el niño qué tal está?”, le preguntó en ese momento el entrevistador.
“Es un niño divino, el niño con mucha luz, mucho amor. Un niño con autismo y a pesar de eso lo ves y es todo amor, todo cariño. Estamos en constante contacto. Se llevan súper bien con los primos, o sea, con mis hijos. Ellos (la familia del niño) viven en Uruguay”.
Gracias a Dios y “buena suerte”
“Gracias a Dios tuve la posibilidad que el Atleti se fijó en mí y me dio esa chance. Por esas razones uno es tan agradecido al club”, esbozo.
Por último, Giménez que de alguna manera esta historia lo fortalece cuando tienen que atravesar momentos difíciles. Y cuando diversas personas suelen hablarle de mala suerte ante lesiones, inconvenientes, él dice: “¡Si supieras la buena suerte que tengo yo!”.