Ana García Obregón ha tardado casi dos años en sentarse ante las cámaras y ofrecer una entrevista en la que abriera su corazón y confesara cómo se siente por dentro tras la muerte de su hijo. Álex falleció el 13 de mayo de 2020 a causa de un sarcoma de Ewing. Tenía 27 años y se sabía que era el apoyo fundamental de su madre.
La siempre sonriente actriz, modelo y presentadora mostró la noche del lunes su cara más amarga, el duelo personal de una madre desconsolada porque ha perdido lo más valioso de su vida. Accedió a ser entrevistada por el popular Bertín Osborne en el programa de este, “Mi casa es la tuya”, en la cadena española Telecinco.
Frente a frente, sentados en un sofá, Ana Obregón mostró cuán intenso y punzante sigue siendo el dolor por la muerte del hijo. Hubo momentos en que incluso el entrevistador lloró. (Por primera vez, nos enteramos de que ambos habían sido novios durante dos meses, sin que nunca hubiera trascendido esta relación). “Ya no soy Ana Obregón ni lo seré nunca“, dijo Ana entre lágrimas.
El vestuario escogido a propósito
Todo en la entrevista tuvo sentido, comenzando por la puesta en escena. Ana García Obregón hizo que incluso algunos detalles estuvieran relacionados con su hijo Álex. Para ello, comenzó por vestirse con el mismo vestido que se puso el día en que fue a ver a su suegra (la madre del conde Lequio), para comunicarle que estaba embarazada de Álex.
Desde el funeral de Álex, a Ana García Obregón se la ha visto en contadas ocasiones en televisión. Haciendo de tripas corazón, dio las campanadas junto con Anne Igartiburu en la Nochevieja de 2020 e iba a presentar de nuevo las uvas en 2021 pero dos días antes dio positivo por COVID-19. Se ha hablado mucho de ella en los medios, pero ante las cámaras no había salido su sufrimiento interior. El duelo como madre se le quedó dentro. En la entrevista con Bertín Osborne se vio lo hondo que es. Ella misma dijo que era un dolor “infinito”.
Ana pensó que había llegado el momento de exteriorizarlo y lo hizo con Bertín, con quien mantiene una excelente amistad y en quien dijo que se había podido apoyar ahora. En la entrevista, Ana Obregón se mostró sincera, tratando de luchar para salir adelante pero también desmoronada en su interior. “Fui fuerte cuando mi hijo me necesitaba, ahora no”, dijo.
Mientras Bertín Osborne la observaba y trataba de acompañarla en su confesión más terrible, a Ana le salió esta frase: “Me perdono la vida todos los días”. Bertín le dio entonces un abrazo.