Un hombre que pescaba truchas en el río Sar en España descubrió una estatua medieval que representa a la Santísima Madre sentada en un trono con el niño Jesús en su regazo.
La revista Smithsonian informa que Fernando Brey casi pasó junto a la figura de piedra cubierta de musgo que sobresalía del agua. Al darse cuenta de que no era una roca de río, tomó algunas fotos y se puso en contacto con un miembro de la asociación de patrimonio local, quien sugirió que podría tener hasta 700 años.
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En una entrevista en el diario local La Voz de Galicia, Brey explicó:
“Noté que la piedra era cuadrada, lo cual es extraño en un río, y luego miré sus líneas, la capa y la forma de la cabeza. Y me dije a mí mismo: “Hay algo aquí”.
La obra de arte también muestra a un ángel a cada lado de la Virgen María, dibujando una capa o prenda similar alrededor de los hombros de María. Las hojas y flores decorativas están talladas en patrones de tejido alrededor de la base.
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La talla ha sido dañada por el tiempo y el agua, pero también ha sufrido grandes daños en los rostros de la Virgen y el Niño. Un funcionario de Galicia sugirió, en una declaración recogida por The Guardian, que estos daños podrían no haber sido causados por la erosión:
“El rostro de la Virgen se ha perdido, al igual que la cabeza del Niño”, explica el comunicado. “Esto probablemente se deba a un viejo impacto infligido en un intento de profanar la pieza”.
No está claro de dónde procede la estatua, pero su proximidad a la última parada en el Camino de Santiago sugiere que pudo haber pertenecido a una iglesia perdida donde acudían los peregrinos.
La estatua ha sido retirada del río y llevada al Museo de las Peregrinaciones y de Santiago para su limpieza y estudio.