Cuando el cartero Edward Holton de Londres estaba haciendo sus rondas recientemente, se encontró con un paquete muy diferente.
Después de entregar el correo en el buzón de un cliente, Holton notó una manta en la puerta. No se movía y no emitía ningún sonido, así que el cartero siguió su camino. Pero, como explica en el video de la BBC a continuación, algo le inquietaba, algo en su interior lo impulsó a regresar a la puerta.
El instinto del cartero demostró ser correcto: envuelto en la manta había un niño de unas pocas horas. Holton tomó al bebé y lo mantuvo abrigado y cómodo en su camioneta de reparto hasta que llegó la policía para cuidar el pequeño.
En honor a su rescatador, el bebé recibió el nombre de Edward, y la policía está tratando de encontrar a su madre para ver cómo pueden ayudarla.
Es una suerte que en esa fría mañana de invierno Holton escuchara esa “intuición” interior, o tal vez fue su ángel guardián o el Espíritu Santo que lo guió en su misión de rescate.