Los obispos de América Latina, reunidos en Asamblea Ordinaria finalizada en los últimos días, han detectado una “fractura antropológica” en los pueblos americanos.
Así lo han hecho de manifiesto en el mensaje difundido recientemente y que da cuenta de las líneas de proyección del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) bajo la premisa de que deben preguntarse de forma constante qué quiere Dios de esta institución en este momento de la Historia.
En ese sentido, según afirman, lo de “la fractura antropológica” “se manifiesta de múltiples maneras” identificando las más prominentes como problemáticas comunes de los pueblos latinoamericanos y caribeños: adicciones, corrupción, migraciones, pobreza, devastación ecológica, marginación e inequidad social, violencia, desintegración familiar.
Graves calamidades
“Abrazamos el dolor de los pueblos y de las iglesias que en la actualidad más están sufriendo, los hermanos en Venezuela, Nicaragua y Haití”, dijo el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Miguel Cabrejos ante la prensa continental este viernes 17 de mayo al concluir en Honduras su Asamblea General Ordinaria.
Cabrejos aludió, puntualmente, a los gobiernos de Maduro en Venezuela, de Moise en Haití y de Ortega en Nicaragua como responsables del “crecimiento de una crisis ética, política, económica y cultural” en América Latina y el Caribe. Mencionaron, entre las graves calamidades “el machismo que lesiona la dignidad de la mujer y las migraciones obligadas por la pobreza y la violencia”.
Ante esta lacerante realidad, los obispos de América declararon que asumen los cuatro verbos con los que el papa Francisco orienta la atención a los migrantes: “acoger, proteger, promover e integrar”.
Todo esto, con el fin de llevar adelante acciones pastorales, estableciendo una coordinación intraeclesial y con otras instituciones para incidir desde el Evangelio en estas realidades y afrontar los nuevos desafíos que aparecen en el Continente para ser voz profética en medio de tantas situaciones problemáticas.