Dormir juntos
El contacto físico es vital, pero no hay que limitarlo todo a sexo. Hace bien abrirse a más. Quedarse dormido en brazos del otro sin que haya una demanda puede establecer un lazo muy fuerte: alimenta otras dimensiones de la relación a la hora experimentar y comunicar el amor y nos hace más pacientes.
Un estudio reciente mostró que dormir puede llevar a más sexo. La falta de sueño desordena las hormonas y disminuye la testosterona, que es crucial para el deseo sexual tanto masculino como femenino. Las parejas que duermen menos de siete horas por noche tienen más probabilidades de tener argumentos hostiles y negativos.
También irse a la cama juntos ayuda a tener una relación más saludable. Las parejas cuyos patrones de sueño son desiguales reportan más conflictos, menos tiempo en actividades compartidas y menos relaciones sexuales que las que se acuestan juntas.
Pasar momentos incómodos
Pasar por situaciones incómodas con el otro puede que no sea algo por lo cual nos sintamos muy orgullosos en el momento, pero puede resultar ser algo muy beneficioso para la relación.
Cuando hay intimidad, hay vulnerabilidad. Si quieres una relación sana con una buena comunicación, debes ser lo suficientemente valiente como para mostrar tus debilidades frente al otro. Esto implica muchas veces salir de tu zona de confort, hablar sobre las cosas que te importan y decir cómo te sientes reconociendo las propias limitaciones.
Abrir algo doloroso del pasado, revelar algo que nunca dijiste antes o reconocer los errores con humildad, pueden ser algo enorme para el desarrollo de la relación: genera confianza, la posibilidad de sanar, mejorar algo que nos cuesta o simplemente conocernos y saber lo que podemos esperar el uno del otro.
Hacer tareas del hogar
No todo lo que hacemos juntos tiene que ser algo que nos guste. Planificar en lo cotidiano aquellas cosas que tal vez para uno solo es una carga, hace que de a dos se transforme en algo llevadero creando buenos sentimientos de equipo.
Establecer objetivos comunes y ayudarse mutuamente a lograr algo que hace al bienestar del hogar, ayuda a construir una base sólida además de la satisfacción de ver la casa limpia y ordenada y crear un sentido de igualdad en su dinámica: ambos están haciendo algo.
Por aburrido que parezca, encarar las tareas del hogar juntos crea la sensación de que están funcionando como un equipo. Con constancia esto puede convertirse en una rutina. Y las rutinas ayudan a establecer valores, intereses y prioridades compartidas. Muestra que ambos están interesados en crear un futuro compartido y ¿por qué no a aprender a disfrutarlo?.