Su hija lo describe como “el hombre más decente y grande” y no es para menos. Este genio del comic, venido del Bronx, (NY) recaudó, sólo en las primeras décadas del siglo XX, más de 20 mil millones de dólares en todo el mundo, de acuerdo a analistas de la industria del cine.
Lee se ganó una reputación en el mundo del cómic principalmente por darle un nuevo matiz de complejidad y humanidad a los superhéroes. Los hizo compasivos y cercanos. Sus personajes no eran de piedra, aunque parecían haber sido cincelados en granito. Sentían amor y preocupaciones por el dinero e incluso albergaban sentimientos de inseguridad.
Sentía atracción por la literatura pero escribir novelas llevaría mucho tiempo. Le entretenía poder sentarse y terminar el mismo día su historia. El comic fue su opción. Sus comienzos no fueron nada divertidos, no obstante. Habiendo nacido en un hogar de limitados recursos, hizo de todo para ganarse la vida: fue redactor de obituarios, acomodador en Broadway y vendedor de jeans (vaqueros). Pero tenía talento. En meses, el joven pasó de limpiar ceniceros a rellenar viñetas para los héroes ficticios de la Segunda Guerra Mundial. Eso lo inspiró y su primera creación fue “Destroyer”, un superpoderoso doctor antinazi. A los 19 años ya era redactor jefe, pero los monstruos y el terror no le motivaban.
Después de una década trabajando para sus jefes, su esposa –fallecida el año pasado, en 2017- veía su talento y le dijo: “Debes crear tus propios personajes”. Comenzó en 1961, cuando dio vida a “Los 4 Fantásticos”. De allí en adelante, todo fue diferente para él.
Los 4 fantásticos era una familia de astronautas con poderes que no llevaban disfraz. Creó personajes que representaban todo lo contrario a lo que significaban emblemas como Súperman y Batman. Los monstruos y modelos fueron sustituidos por héroes imperfectos como Hulk, Thor, Spiderman, Iron Man o Los Vengadores. Su mensaje iba más allá de las peleas. Lee fue el primero en trasladar al cómic asuntos como la drogodependencia, la problemática de los derechos civiles y las reivindicaciones de las minorías en los X-men. También fue pionero en presentar superhéroes negros como Halcón o Pantera Negra.
El lema o latiguillo de Stan Lee fue un misterio para las grandes mayorías, pero lo distinguía y todo el mundo la reconocía. A lo largo de los años, la frase “¡Excelsior!” se ha instalado en el mundo del cómic, aunque hasta el día de hoy, muchos no tienen idea de cómo surgió o qué significa.
En verdad nació producto de la necesidad de vincularse con sus lectores y esconde el propósito de diferenciarse de sus competidores a través de un término que, según él mismo, “es extraño, pegadizo, y difícil de pronunciar”. Eran motivos suficientes para hacerlo suyo. ¿Su origen? La frase aparece en el escudo de Nueva York, ciudad donde se desarrollan muchas de las principales historias de la editorial y donde la empresa Marvel tiene su sede.
“Spider-Man” –el Hombre Araña- es uno de los personajes ficticios de Lee más exitosos de todos los tiempos. Las cinco películas del superhéroe, lanzadas entre 2002 y 2014, recaudaron casi cuatro mil millones de dólares en todo el mundo.
Si “Vengadores” fue su serie más taquillera, muchas de sus historietas alcanzaron Hollywood, sus personajes hablaron con las voces de rutilantes estrellas de la pantalla y fueron representados por los más famosos actores.
“Sentí que sería divertido aprender un poco sobre su vida privada, sus personalidades, y demostrar que son humanos y superhéroes”, dijo en 2010. Hoy, los superhéroes, sensibles como él los quiso, están de luto por la muerte de su carismático creador.-