No es fácil comprender el sufrimiento, pero todo cambia cuando podemos encontrarle un sentido
En el dolor físico existe de forma indudable sufrimiento, sin embargo, este no lo agota. Sufrir es un fenómeno mucho más complejo.
Se podría definir el sufrimiento como una carencia de bienestar, mientras que un estado moderado de dolor físico no siempre se puede catalogar como sufrimiento propiamente dicho.
Te pongo un ejemplo, el dolor del parto en la mujer. Una vez que nace el bebé, la experiencia negativa queda totalmente olvidada y se transforma en una fuente inagotable de alegría.
Lo mismo pasa con la sensación de hambre. Cuando se sacia, queda una sensación de alivio que posee sentido y de esta forma el individuo experimenta un sentimiento de felicidad completado por el mismo acto de comer.
¿Cuándo puede considerarse el dolor físico como fuente de sufrimiento?
El dolor físico se transforma en verdadero sufrimiento, cuando desborda parcial o totalmente la experiencia humana. Pasa de la coherencia al sin sentido.
Por esta razón el temor a sufrir ya es en cierta forma un sufrimiento y la carencia de obtener una respuesta lógica a la pregunta de por qué sufro, constituye el punto culminante del sufrimiento humano.
Todo individuo tiende a buscar constantemente una realización personal que el propio sufrimiento de la enfermedad le niega.
Lo verdaderamente trágico es la ruptura interior que produce la enfermedad en el paciente que siente que queda impedido de realizar su propio destino, y padecer es el corolario obligado de lo expresado con anterioridad.
En este sentido, solo una dimensión trascendente, espiritual, puede realmente dar sentido a una vida que aparentemente no encuentra una lógica meramente humana a su existencia.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.