Molina de Aragón es un bonito pueblo de la provincia de Guadalajara, en España, situado a 200 kilómetros al noroeste de Madrid. Lleva una vida tranquila que el turismo cultural no ha llegado a alterar.
La urbe es de origen árabe (siglo X), pero las raíces cristianas son profundas. Una buena muestra de ello es una exposición en la iglesia de San Pedro, que conmemora los 500 años de la bula que concedió el papa León X en 1518 por el que el municipio podía celebrar misa de vigilia en la fiesta de la Inmaculada Concepción.
Lo que sorprende es la fuerza que tenía esta advocación mariana, que fue declarada dogma en 1854. Ya se ve que tres siglos antes el amor a la Virgen y su Inmaculada Concepción merecía un momento litúrgico especial por parte de los fieles, como ocurre con la Misa del Gallo de Nochebuena y la Vigilia Pascual previa al Domingo de Resurrección.
Concretamente, el 18 de febrero de 1518 es la fecha en que el papa León X firma la bula “In nocte ante festum”, que otorga a Molina de Aragón el privilegio de celebrar la misa nocturna solicitada, algo que solo estaba permitido llevar a cabo en Roma y en Mula, un pueblo de la provincia de Murcia.