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La reconstrucción de México, tras los terremotos del 7 y del 19 de septiembre pasado, costará, según ha dicho el presidente de ese país, Enrique Peña Nieto, cerca de 2,300 millones de euros (unos 2,600 millones de dólares).
Se trata de un apreciable monto de dinero que bien podría llamar la atención de grupos criminales, políticos deshonestos, grupos paramilitares y raterillos de toda monta, por lo que la sociedad civil de México se está movilizando para vigilar que esos recursos lleguen a donde tienen que llegar.
Por esta razón, un grupo de 30 organizaciones sociales, empresariales y académicas crearon #Epicentro. Se trata de una plataforma que dará seguimiento al origen y uso de los recursos destinados para la reconstrucción tras los sismos del 7 y 19 de septiembre.
Sobre todo, los recursos dirigidos a la reconstrucción de pueblos completos en estados tan pobres como Oaxaca y Chiapas, que fueron golpeados por el primer terremoto –el del 7 de septiembre—que alcanzó 8.2 grados en la escala de Richter.
Aunque también para los miles de edificios, casas, negocios y escuelas que han quedado en la ruina, sobre todo en la Ciudad de México donde el temblor del 19 de septiembre (7.2 grados Richter) dejó una grande estela de muerte y destrucción.
Más de 12 mil escuelas resultaron dañadas por los sismos; 577 necesitan reconstrucción total en todo el país, lo que da idea de la magnitud de la reconstrucción.
El gobierno federal dará cerca de 38,000 millones de pesos y el resto, los otros 11,000 millones de pesos mexicanos serán dados por diversas organizaciones y personas altruistas de México y de muchos lugares del extranjero.
La plataforma de organizaciones ciudadanas “busca sentar las bases de una reconstrucción resiliente, local, equitativa, sostenible, participativa y efectiva mediante la creación de propuestas con apego a los más altos estándares en materia de derechos humanos, transparencia y rendición de cuentas”, señala el colectivo en un comunicado.
También se busca “justicia para los afectados, para que reciban la reparación del daño por parte de funcionarios o empresas que hayan incurrido en delitos”. Hay muchas denuncias en contra de empresas constructoras y políticos venales que dejaron pasar edificios sin los estándares de calidad que requiere una zona sísmica, como la Ciudad de México.
La plataforma #Epicentro tiene tres ejes de acción: el primero es el seguimiento del origen y uso de los recursos destinados a la reconstrucción. “Para ello se integrará la información sobre los fondos en una sola plataforma para dar seguimiento al ejercicio de los recursos”.
El segundo eje considera que la reconstrucción debe ser con perspectiva social y de derechos humanos, género, infancia y juventud. En este sentido, insisten las organizaciones, se deben incorporar las prioridades y necesidades de las distintas comunidades.
Finalmente, reconocen, en el tercer eje, que las responsabilidades y reparación del daño son una prioridad. “A través de esta plataforma se buscará que se identifiquen, investiguen y sancionen los actos de corrupción y se garantice la reparación del daño”, terminan diciendo organismos como Mexicanos Primero, Causa Común, Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, The Hunger Project, Transparencia Mexicana o el Tecnológico de Monterrey, entre muchos otros.
Se trata de una iniciativa muy necesaria en países de América Latina, en los que sucesos como los terremotos, las inundaciones, los huracanes, etcétera, coinciden con la geografía de la pobreza y donde muchas veces el gobierno y los políticos se quedan con los recursos que deberían ser enviados a paliar la tragedia.
O donde los actos de corrupción quedan bajo el manto de la más absoluta impunidad.
Es un esperado despertar de la sociedad civil organizada, y sobre todo de los organismos cercanos a la empresa y al desarrollo industrial, económico, cultural y social de México.
