Dylan Lipton-Lesser, un niño de 5 años originario del condado de Chesterfield, en Virginia (EE.UU.), nació con once semanas de antelación, por lo que los médicos eran pesimistas respecto a sus probabilidades de sobrevivir, mucho más en cuanto a la posibilidad de llevar algún día una vida “normal”.
Desde la más tierna edad, el pequeño prematuro ha afrontado infecciones, hemorragias cerebrales y una hidrocefalia. Así, debió someterse a la friolera de 22 intervenciones quirúrgicas difíciles, sin contar con las complicaciones derivadas.
En un vídeo realizado por el programa de televisión estadounidense Inside edition, podemos percibir la capacidad de lucha de este niño que se desplaza con muletas, lleva aparatos auditivos y se expresa todavía de manera básica utilizando la lengua de signos.
Según su madre, no se puede excluir el riesgo de que su salud empeore y las hemorragias podrían llegar en cualquier momento. Hoy en día, el optimismo del niño y de su familia responde a la idea de “regocijarse en todo” y de continuar avanzando sin perder la esperanza.