La evangelizadora del Nuevo Mundo que no salió de su convento
En el año 1630 un monje franciscano portugués se encontró en el Nuevo Mundo con unos indígenas que tenían cruces realizadas con ramas. Los indígenas le explicaron al religioso que una “dama azul” les había indicado cómo hacerlas y les había hablado de Dios. Alonso de Benavides quedó muy extrañado puesto que era la primera vez que estos indígenas tenían contacto con la fe y con un evangelizador.
Investigó lo sucedido, pidió a los indígenas que les hicieran una descripción de esta “dama de azul” y tras mucho buscar encontró a esta mujer. Se llamaba Sor María de Jesús y se encontraba en el monasterio de Ágreda, en España. Lo más curioso es que esta mujer se encontraba a 15.000 kilómetros de distancia y nunca había salido del convento. ¿Cómo era posible?
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