El Pontífice indicó que en la Eucaristía está el Pan de unidad que nos puede sanar “de la ambición de estar por encima de los demás, de la voracidad de acaparar para sí mismo, de fomentar discordias y diseminar críticas”.
El domingo 18 de junio de 2017 en el Sagrario de la Basílica de San Juan de Letrán en Roma, Francisco llamó a los cristianos a la unidad alrededor del pan y la sangre de Cristo rememorados en la Eucaristía.
Y en un gesto simbólico por esa unidad en Cristo celebró la Solemnidad del Corpus Christi el mismo día en que los fieles de todo el mundo lo hacen en sus respectivas diócesis; antes el Obispo de Roma lo celebraba de día jueves por una tradición antigua.
Predicó sobre el “Pan de unidad” que puede suscitar “la alegría de amarnos sin rivalidad, envidias y chismorreos calumniadores”.
La Eucaristía es “el sacramento de la memoria que nos recuerda, de manera real y tangible, la historia del amor de Dios por nosotros”, señaló.
Así, en un gesto antes de la ceremonia, el Pontífice se entretuvo por media hora con 20 refugiados de varias nacionalidades asistidos por la Caritas de Roma, en el Palacio de la Canónica, al lado de la Basílica.
1.Eucaristía recuerdo para permanecer en el amor
Francisco destacó el papel que tiene la “memoria” (Dt 8,2.14.16) para nuestra fe. “Haced esto en memoria mía” (1 Co 11,24) —dirá Jesús a nosotros—.”
“La memoria es importante, porque nos permite permanecer en el amor, re-cordar, es decir, llevar en el corazón, no olvidar que nos ama y que estamos llamados a amar”, dijo ante miles de fieles congregados.
Lamentó que en el “frenesí” cotidiano, nos estamos empobreciendo sin recuerdos, vivimos el instante y podemos ser superficiales.
“Se pasa página rápidamente”. Así, eliminando “los recuerdos y viviendo al instante, se corre el peligro de permanecer en lo superficial, en la moda del momento, sin ir al fondo, sin esa dimensión que nos recuerda quiénes somos y a dónde vamos”, destacó.
En este contexto, “la vida interior se vuelve inerte” como la planta que no tiene agua porque sin la memoria de la fe. La “vida exterior se fragmenta”, anotó.
2. Eucaristía es memoria para vivir agradecidos
En la Eucaristía “nos reconocemos hijos amados y saciados por el Padre; una memoria libre, porque el amor de Jesús, su perdón, sana las heridas del pasado y nos mitiga el recuerdo de las injusticias sufridas e infligidas”, dijo Francisco.
El Papa habló de una “memoria paciente” y agradecida, porque en medio de la “adversidad sabemos que el Espíritu de Jesús permanece en nosotros”.
“La Eucaristía nos anima: incluso en el camino más accidentado no estamos solos, el Señor no se olvida de nosotros y cada vez que vamos a él nos conforta con amor”, agregó.
3. Eucaristía nos recuerda que no somos individuos, sino un cuerpo.
“La Eucaristía no es un sacramento «para mí», es el sacramento de muchos que forman un solo cuerpo. El santo Pueblo fiel de Dios. Nos lo ha recordado san Pablo: «Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan» (1 Co 10,17)”, destacó.
La Eucaristía “es el sacramento de la unidad”, confirmó.
“Quien la recibe se convierte necesariamente en artífice de unidad, porque nace en él, en su «ADN espiritual», la construcción de la unidad”.
En fin, la “Eucaristía” es “memoria viva” del amor de Jesús, “que hace de nosotros un solo cuerpo y nos conduce a la unidad”.