El papa Francisco decidió cambiar de jueves a domingo, 18 de junio de 2017, la procesión romana del Corpus Christi que inicia desde el sagrado de la Basílica de San Juan de Letrán, recorriendo toda la vía Merulana hasta llegar a la Basílica de Santa María Mayor en la ‘ciudad eterna’.
La fiesta del Corpus Christi fue instituida por Urbano IV en 1264. En la bula Transitururs de hoc mundo se establecía que el jueves después de la octava de Pentecostés, es decir el jueves después de la fiesta de la Santísima Trinidad.
Aunque al establecer la fiesta no se hablaba de procesión, pronto el pueblo fiel vio la necesidad de coronar la fiesta con una procesión con la Eucaristía. Esto sucederá a partir de finales del siglo XIII. Los primeros indicios se tuvieron en Colonia hacia el 1279, en París a inicios del siglo XIV, en Génova en 1325, en Milán en el 1336 y en Roma hacia el 1350.
Así pues “desde hace aproximadamente siete siglos que se celebra el jueves la procesión del Corpus Christi en Roma” confirmó a Aleteia el profesor Juan José Silvestre, profesor del departamento de Liturgia de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, PUSC, de Roma.
Además, la data de 2017 es confirmada en la página web de la Prefectura de la Casa Pontificia, ente que prepara las audiencias y las ceremonias pontificias.
“Es cierto que con la disminución de festivos civiles que coinciden con fiestas litúrgicas que se celebraban entre semana, muchas fiestas han pasado a celebrarse los domingos. Por ejemplo, la ascensión del Señor, o la fiesta de la epifanía. También el Corpus Christi había sido trasladada a domingo en Italia, por eso, tal vez el calendario vaticano era de los pocos que mantiene el Corpus Christi en jueves”, explicó Silvestre.
¿Qué es el Corpus Christi?
El Corpus Christi es la fiesta religiosa en honor del Santísimo Sacramento. En esta solemnidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor se ofrece a la piedad de los fieles el culto de tan gran Sacramento, para que adoren la presencia de Cristo el Señor en la Eucaristía, para que celebren las maravillas de Dios significadas en ella y para que aprendan a vivir más intensamente de la Eucaristía.
“Es una fiesta muy antigua en la que fundamentalmente lo que se celebra es la Eucaristía. La presencia real del Señor en la eucaristía. En esta fiesta meditamos la profundidad del amor del Señor que se ha quedado oculto bajo las especies sacramentales. Así como el Jueves Santo celebramos la institución de la Eucaristía, el día del Corpus Christi celebramos la presencia real del Señor entre nosotros con su cuerpo y con su sangre”, dijo a Aleteia el experto en Liturgia de la PUSC.
Por ende, la decisión no tiene precedentes, el Obispo de Roma sigue así el calendario litúrgico de su diócesis que celebra el Corpus Christi el día domingo sucesivo a la solemnidad de la Santísima Trinidad. “Creo que el intento es facilitar y mejorar la participación de los fieles. Es un motivo pastoral fundamentalmente”, confirmó Silvestre.
Ninguna novedad en las diócesis del mundo
En fin, a pesar de que el Pontífice, celebraba en Roma, antes seguía el calendario litúrgico del Vaticano y no el calendario litúrgico de su diócesis. Esta novedad, no es una novedad respecto con el calendario de otras diócesis del mundo que ya celebran desde hace tiempo de día domingo confirmó el profesor Juan José Silvestre, experto en liturgia de la PUSC.
“El Papa está pensando en su diócesis de Roma, en el fondo, no está pensando en un cambio de praxis para la Iglesia Universal, pues ya la mayoría de diócesis tendrían esta fiesta el domingo”, agregó.
El profesor de liturgia comenta que aún no es oficial que el Corpus Domini se celebre siempre de día domingo, “puede ser una prueba”. “El Obispo de Roma celebraba de día jueves, mientras que sus fieles lo hacían el domingo, por tanto podía resultar algo un tanto extraño. Tal vez, se habrá pensado, al menos provisionalmente, a unificar y celebrar todos el domingo la fiesta del Corpus Christi”.
La procesión y la liturgia
En esta línea, la exhortación apostólica, Evangelii Gaudium, apoya la devoción popular pues es un gran instrumento de evangelización y nace, como recuerda el Papa Francisco, del sensus fidei del pueblo.
“Esta decisión pienso que no supone que la liturgia se subordina a la piedad popular. Liturgia y piedad popular son dos realidades distintas pero complementarias, siendo la piedad popular la que prolonga y prepara a la liturgia, que el Concilio Vaticano II, reafirma es la actividad más importante de la Iglesia”, comentó Silvestre. Por eso, la procesión eucarística prepara y prolonga la Misa.
La “procesión”, como representación de la “Iglesia en salida” que busca que Dios recorra nuestras calles, entre en nuestra vida. A la vez la procesión es manifestación de esa Iglesia que recupera la adoración a la que con frecuencia se refiere el Papa Francisco”.
“Es bueno no olvidar que la liturgia es culto a Dios. Lo fundamental es el Señor, Él es el protagonista. El cambio de la procesión al domingo pienso que busca facilitar que más personas se encuentren y adoren al Señor. En definitiva busca, como Urbano IV hace más de siete siglos, que más romanos, que más hombres y mujeres, pongan su mirada en Dios que se oculta en la Eucaristía”.
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