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Como ya es mundialmente conocido, el semanario de la arquidiócesis de México, nombrado Desde la Fe, publicó un editorial en el cual se pronuncia contra lo dicho por el papa Francisco a los obispos en la catedral de México.
En suma, afirma que “la mano de la discordia” se entrometió para dar mal consejo al Papa e influir en su discurso.
En otras palabras, que la fatídica “Mano Pachona” realizó habilidoso movimiento para usar a los cercanos de Francisco y, así, asestar certero golpe a los prelados mexicanos, sin más fin que demeritar su trabajo pastoral.
Ya sabíamos que la “Mano Pachona” era tremenda, pero jamás pensamos que se atreviera contra el Papa. Caben, pues, varias observaciones.
1. El editorial no viene firmado, por lo que debe interpretarse como la voz oficial de la arquidiócesis encabezada por el arzobispo de la ciudad de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera.
De nada sirven las explicaciones de Hugo Valdemar al periodista italiano Andrea Tornielli (Vatican Insider), diciendo que lo escrito en el semanario no es la voz del cardenal, sino solamente la de su periódico.
Seamos claros. El único que puede afirmar semejante cosa es el cardenal Rivera lo que, hasta el momento en que escribo esta columna, no ha hecho.
2. Si no es la voz del cardenal, entonces Rivera tiene problemas muy serios dentro de sus medios oficiales de comunicación.
Mientras él no salga abiertamente a desmentirlo por propia voz, esa editorial seguirá siendo la suya porque el semanario Desde la Fe es su órgano oficial; pero si lo hace, no habrá forma alguna de sostener a su jefe de comunicación.
¡Ah, la “Mano Pachona” es terrible! Ha puesto al cardenal arzobispo primado de México frente a una encrucijada.
3. El editorial sugiere que el Papa se ha dejado influir por una voz perversa que busca la división del colegio episcopal; pero no dice quién es la voz, como tampoco quién es la fatídica “Mano Pachona”.
En otras palabras, pretende que creamos en una conspiración contra el Papa y los obispos; cuando lo que realmente hace es meter chisme.
Lo cierto es que ese editorial ha sido la única voz que, desde el anonimato, ha pretendido sembrar discordia.
4. El editorial también afirma que esa “mano de la discordia” pertenece a alguien cercano al Papa; pero no dice su nombre, cual si fuera tremendo misterio. No hay tal. Se sabe perfectamente bien cuáles son los canales de información del Papa cuando prepara un viaje como el realizado en México.
Estos son: los obispos del país en lo individual y como conferencia episcopal; el nuncio apostólico, que en México es Christophe Pierre; los institutos de vida religiosa del país y; no pocos laicos, católicos y no católicos, en calidad de expertos en distintas materias; sin decir de sus propios órganos curiales en el Vaticano.
Esto que afirmo no me lo dijo la “Mano Pachona”, sino que es universalmente conocido. En efecto, la Iglesia católica es una de las instituciones que mejor información tiene a nivel mundial, porque su red abarca desde los más pequeños lugares, hasta los más grandes foros internacionales.
Pretender que el Papa estuvo mal informado es ofender su inteligencia, así como la de los católicos y no católicos, dentro y fuera de México.
5. Allá arriba, en la sede catedralicia, harían muy bien en seguir el mismo consejo del Papa que tanto lamentaron en el internacionalmente famoso editorial.
Cito las palabras de Francisco: “La misión es vasta y sacarla adelante exige múltiples vías. Y con la más viva insistencia les exhorto a conservar la comunión y la unidad entre ustedes. Esto es esencial hermanos. Esto no está en el texto, pero me viene ahora. Si tienen que pelearse, peléense; si tienen que decir cosas, se las digan como hombres, en la cara, y como hombres de Dios, que van a rezar y discernir juntos, y si se pasaron de la raya después se van a pedir perdón, pero mantengan la unidad episcopal… no se necesitan príncipes, sino una comunidad de testigos del Señor. Cristo es la única luz”.
6. El Papa pide “testigos del Señor” y no “príncipes; pero el semanario del cardenal acude a indignos chismes palaciegos. Francisco pide comunión y unidad en el colegio apostólico; pero el semanario del arzobispo tira la piedra y se esconde atrás de la “Mano Pachona”.
El obispo de Roma pide a los pastores que se digan las cosas cara a cara, como hombres de Dios; pero el órgano oficial de Norberto Rivera ataca cobardemente el Papa sugiriendo que es hombre débil y manipulable.
Francisco nos recuerda que sólo Cristo es la luz; pero la arquidiócesis amenaza con oscurecerla a “periodicazos”.
El Pontífice, sumo constructor de puentes, nos recuerda que la misión requiere de múltiples vías; pero la editorial del semanario del cardenal dinamita los caminos.
7. Soy un simple católico de a pie, un laico de común, un ciudadano del montón y estoy profundamente indignado con tanto despropósito. De existir, la “Mano Pachona” debería ser declarada la más grande amenaza contra la paz mundial.