La Organización de Bomberos Americanos (OBA) visitó al Papa Francisco para presentarle el convenio firmado con la organización Scholas Ocurrentes por el cual bomberos de toda América se disponen a formar en prevención de accidentes y preservación del medio ambiente.
Durante el encuentro, el Papa bromeó con los delegados de la entidad que nuclea a 28 instituciones bomberiles de 17 países: “Yo todos los días le pido a Dios, cuando rezo, que a ninguna persona le falte trabajo. Pero para ustedes… ¡le pido que nunca tengan!”.
Carlos Ferlise, presidente de OBA y del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios de Argentina, fue el encargado de entregarle al Papa un casco como los utilizados por los bomberos con el nombre de Francisco.
Ferlise estuvo acompañado por dos miembros del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios, de la Argentina, y dos del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.
El principal eje de trabajo por el convenio con la red de Escuelas será “la reducción del riesgo de desastres (RRD) a través de una ética de prevención focalizada en el trabajo con niños y adolescentes”.
Una tarea que en muchos casos tiene que ver con actividades ya ejecutadas por distintos cuarteles, comprometidos con cada una de sus comunidades. Cuarteles que en varias partes del continente se sostienen en base al compromiso voluntario de sus miembros.
Ferlise compartió con Aleteia que “el hecho de que nuestra tarea de protección y salvamento sea voluntaria hace que sea una verdadera labor de amor hacia al otro y hacia nuestros compañeros”.
En ese sentido, y explicando la importancia del convenio firmado con Scholas Ocurrentes, consideró que “formar a los más chicos en prevención es una manera más de cuidarlos a ellos y a sus familias, ya que son grandes aliadas en la difusión de este tipo de acciones al interior del hogar. Que haya cada vez más actividades de concienciación y menos de rescate sería una verdadera victoria para nosotros”.
Trabajar con niños, una ventaja
“Afortunadamente, la mayoría de las personas en nuestro país respetan mucho el trabajo de los bomberos, pero es cierto que los más chicos son además los más agradecidos y generosos con nosotros. Desde su ternura siempre tienen palabras de aliento y cariño para nosotros y generalmente son mucho más demostrativos que los más grandes”, reflexionó Ferlise.
¿Qué motiva a un bombero, incluso voluntario, a destinar tanto tiempo de su vida a las tareas de rescate y en este caso prevención?
Hay condecoraciones, revela Ferlise, que pueden ser la clave para entender una vocación tan sacrificada como la de un bombero.
“Los sacrificios que implica la tarea del bombero son grandes: a diario salimos a intervenciones sin saber si vamos a regresar, pasamos muchos momentos importantes lejos de nuestras familias y somos una gran fuente de preocupación para los que nos quieren”, explica.
“Sin embargo, las recompensas son también enormes, y la mirada de admiración o agradecimiento de los más chicos es una de nuestras condecoraciones más valiosas -añade-. Saber que pudimos ayudarlos o inspirarlos es uno de los mayores orgullos para nosotros”.