En segundo y tercer lugar, aunque bastante lejos, están los dos medios de comunicación más masivos: la radio, con 49%, y la televisión, con 47%. Luego, con 44%, las Fuerzas Armadas y los bancos. Siguen los diarios, con 43%, y las empresas privadas, con 40%.
La encuesta muestra un dato que, si bien no es nuevo, sigue siendo preocupante. A pesar de ser las que deberían representarlos y velar por sus intereses, las instituciones políticas son las que levantan más sospechas entre los ciudadanos de la región.
En el Gobierno confía solo el 33%. En el Poder Judicial y en el Congreso, el 30% y el 27%, respectivamente. Pero los que menos confianza generan son los partidos políticos: apenas dos de cada diez los apoyan.
“No he estudiado la Iglesia específicamente, pero mi conjetura es que tiene una razón más emocional que racional. Para empezar, siempre tiene buen enraizamiento en los espacios más populares, y ayuda a solucionar problemas básicos de ciertas poblaciones, como la alimentación, y acompaña moral y particularmente a los fieles”, destacó María Cecilia Güemes, investigadora postdoctoral en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de España (CEPC), en declaraciones a Infobae.
Los valores de confianza han ido mutando a lo largo de los últimos 20 años. En algunos casos, parecen haber acompañado los ciclos de la economía y de la política. Casi todas las instituciones tocaron fondo en 2003.
Las encuestas de ese momento revelaban que había caído al 61% el apoyo a la Iglesia, y el resto se ubicaba por debajo del 40%. Sólo el 36% confiaba en la televisión; en las Fuerzas Armadas y en la Policía, el 35%; en el Gobierno, el 28%; y en los partidos políticos, el 13%.
La mayoría experimentó luego un repunte, que se extendió aproximadamente hasta 2011, cuando volvieron a caer. Tras un breve rebote hacia 2013, todas se retrajeron en los últimos dos años.
Lo que no se modificó a lo largo de este período fue quienes ocuparon el primero y el último puesto. La Iglesia se mantuvo siempre al tope, con diez puntos o más de ventaja, y los partidos políticos nunca salieron del fondo, también con cerca de diez puntos de diferencia.