¿Si por algún absurdo se te permitiera encontrar a Hitler de niño, lo matarías? Parece la trama de un thriller sobre los viajes a través del tiempo; sin embargo es la pregunta de la encuesta que el New York Times realizó a sus lectores. Este domingo fue comunicado a través de Twitter el resultado: el 42% sí se sentiría capaz de matar a ese niñito de ojos soñadores que se volvería el Fuhrer nazi. El 30% estuvo en contra, el 28% no sabía.
De esta manera el diario La Stampa relató la “particular” pregunta realizada por el prestigioso diario estadounidense a sus lectores hace algunos días, con ocasión del clamor del esperado día de Regreso al Futuro y los resultados sobre ciertos pasajes inquietantes de esta encuesta.
Es bueno decir una cosa: las encuestas a través de Twitter no tienen ningún valor científico. Nos dicen, sin embargo, que ya hemos “aprendido” (gracias a la literatura de ciencia ficción y la fantasía) que el tiempo se puede manipular, pero aún más tenemos “claro” que cada uno de nosotros está de alguna manera predestinado a hacer lo que hará, que no hay nada que se pueda hacer para no realizar una acción radical como el homicidio para detener al mayor estratega de la historia del siglo XX.
Sin embargo, como se puede ver en esta “encuesta” son muchos los que estarían dispuestos a matar al inocente (niño Adolf) para castigar al criminal (Hitler adulto). Y sin embargo, pensábamos haber dejado atrás los juicios a las brujas y endemoniados…
Es precisamente así: hemos elaborado la ilusión de poder leer en cada ser humano digitalizando la señal premonitora, tanto del genio como de la degradación. Hoy lo llamamos “metadatos” (metatags), y aún no sabemos a qué profundidad de lectura Google nos haya clasificado y archivado en su memoria más profunda e inaccesible.
Cuando los metadatos indican el mal puede ser considerado el equivalente de lo que una vez se llamaba la señal del demonio, quizá era sólo un lunar, pero era suficiente para mandar a la bruja a la hoguera convencidos de ahorrar así grandes penas a la humanidad.
Exactamente como propone el juego anacrónico eugenésico del New York Times.
Y tú ¿qué harías?